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La justiciera fusta de Rosell

El pasado viernes leía con estupor, en los periódicos de tirada nacional, las declaraciones del Presidente de la CEOE, Juan Rosell. En un lúcido ataque de sinceridad de este individuo (que no de sensatez), se le debió calentar la lengua – o quizás subir el ego por la falta de protagonismo en los medios – y no se le ocurrió otra mejor idea que arremeter con los sectores de la población más débiles y que están soportando con gallardía los peores achaques de esta crisis financiera mundial: parados y funcionarios.

No consigo comprender como, a estas alturas, pueda haber gente capaz de culpabilizar a quienes más están sacando adelante este país, como si parados y funcionarios fuesen los que han causado esta crisis, los que más se están aprovechando de ella o los que están siendo el lastre que impide sacar cabeza de este pozo aún sin fondo.

El señor Rosell, y el colectivo al que representa, ya tienen bastante desacreditada su actitud y actuación en estos años de crisis. Sirva como excusa para este individuo el que sólo expresa lo que piensan los que, con él, se agrupan en esa asociación opaca y de ideas incomprensibles que es la CEOE.

Cualquiera tendría la tentación de recordar cómo, todavía no hace mucho que, mientras representantes sindicales, del gobierno de entonces (el naufragado gobierno Zapatero) y representantes de la CEOE y CEPYME, negociaban una reforma laboral que ayudase a desencallar la creación de empleo en nuestro país, el señor Díaz Ferrán -ya más que supuestamente-, se dedicaba a negocios que no tardarán los jueces en determinar como ilícitos.

Mientras durante dos años y medio nos recordaban que, para salir de esta crisis, era necesario “trabajar más y, desgraciadamente, ganar menos”, o mientras se gestaba la reforma laboral que abriría las puertas al despido de trabajadores en masa, para, más tarde, dentro de unos años, volver a contratarlos, pero en peores condiciones laborales, germinaba, a la sombra, la ruina de familias que se quedaron en paro, viajeros que se quedaron en tierra, acreedores con la soga al cuello por no cobrar y, por último, el estupor de un país que no se lo podía creer, a pesar de lo ya acostumbrados que estábamos a corruptelas.

Repito, sería una tentación recordarlo para saber quiénes son la CEOE. Pero, ¿por qué volver a un año y medio atrás? Sólo es necesario mirar en los periódicos de estos últimos días para encontrar ejemplos de la forma de actuar de los representantes de esta organización. En concreto, de su segundo de a bordo, el señor Arturo Fernández –también presente en los tiempos de Díaz Ferrán-, showman de programas de televisión, con ese tono aguerrido y fresco que le caracteriza. Ya veremos qué da de sí las acusaciones que los trabajadores de sus empresas han hecho contra él, una vez que ya nadie se acuerda de los contratos con la Administración de Madrid que este señor tiene, ya desde hace años, o su participación, aún por determinar, en la caída de Bankia.

Llegados a este punto, me gustaría romper una lanza en favor de la CEPYME. Sé que, por naturaleza, deben estar cercanos, a nivel ideológico, con la CEOE. Pero, a pesar de discrepar personalmente con sus postulados, sería justo reconocer su honestidad en la legítima defensa de sus intereses, como organización. Pequeños y medianos empresarios que soportan también el castigo de esta crisis, poniendo en riesgo fortuna, familia y salud.

En fin, que mientras trabajadores con la soga al cuello, parados –ya no son 6 millones, como dice Rosell-, funcionarios, sindicalistas y demás calaña social, se aprovechan de nuestro pobre país y de los impuestos declarados, que religiosamente pagan los grandes empresarios, sobre todo a los que representa la CEOE, yo sólo veo en la cárcel al señor Ferrán y, como siga así, al propio señor Fernández… Y mira que es difícil que metan en la cárcel a gente de guante blanco en este país.

Señor Rosell, por favor, acépteme un consejo: limpie su casa y después cargue contra los demás. Efectivamente, en este país hay debates que cuesta plantear a la Sociedad pero que deberían abrirse. Empiece con los que le afectan a ud. y a la organización que preside. Aquí cada uno está aguantando su vela y saliendo adelante como puede. ¿Es ud. consciente de por dónde se meten, los ya no 6 millones de parados, las encuestas de la EPA, a las que ud. mismo ha dado tanta relevancia, sin quererlo?

 

By Salvador Sánchez

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Nombre: Salvador Sánchez García de las Bayonas
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Técnico de Apoyo de la Unidad de Normalización y Proceso Técnico de la Biblioteca Universitaria en la Universidad de Alicante.
Licenciado en Documentación por la Universitat Oberta de Catalunya, Máster en Sociedad de la Información y del Conocimiento, Técnico en Información y Sistemas Documentales.