Álvaro Soto (25) cursa actualmente 4º del grado de Humanidades en la Universidad de Alicante, espera trabajar en una biblioteca en un par de años, cuando acabe su formación. Y está preparándose a conciencia para ello.
La biblioteca no estaba entre las prácticas ofertadas para ese grado, sin embargo su interés le llevó a ponerse en contacto con la directora de la Biblioteca de Filosofía y Letras para que intercediera con su tutor y poder así cursar esa parte de su formación con nosotros. Apasionado de las bibliotecas desde siempre, tiene como objetivo el Máster en biblioteconomía (de un curso de duración) cuando acabe este último año de Humanidades. Mientras, ya va preparando el temario de las oposiciones a biblioteca.
Álvaro lo tiene claro: “desde antes de empezar la carrera, lo que yo quiero hacer es trabajar en una biblioteca o un archivo”. De hecho, comenta, si hubiera sabido que existía un grado específico en biblioteconomía, lo habría cursado.
La formación en prácticas supone 120 horas de trabajo, repartidas de lunes a viernes, de 9 a 14 horas, e incluye una amplia variedad de tareas: “catalogación de discos de vinilo y libros, revisión del tejuelado de los libros, atención al público usuario (préstamo, información y localización de ejemplares), colocación y ordenación de fondos…” Además, recibe pequeños cursos de formación del personal de la biblioteca en bases de datos, Dialnet, indización y restauración y encuadernación, tarea que le apasiona especialmente. “Son todos muy majos”, declara al ser preguntado por el ambiente de trabajo.
La evaluación de las prácticas se desarrolla a través de tutorías con el responsable de sus prácticas y una memoria final y, de momento, todo marcha sobre ruedas.
Estas prácticas me ayudan mucho, me permiten conocer la biblioteca por dentro
Cuando le preguntamos por sus expectativas de formación en este periodo de prácticas, Álvaro comenta que “espero aprender lo que no estaba aprendiendo con los libros para oposiciones, los supuestos prácticos puedo concebirlos y entenderlos mejor con la formación y el trabajo que estoy desempeñando. Estas prácticas me ayudan mucho, me permiten conocer la biblioteca por dentro”. La tarea que más disfruta es la catalogación, aunque admite que puede resultar complicada. Además, añade: “no hay nada que no me guste”.
El destino para su trabajo está todavía por definir (depende de las convocatorias públicas de plazas en centros de documentación y archivos), pero sí tiene claro que quiere trabajar en una biblioteca.
Al pedirle que comparta con nosotros cuáles son sus fondos preferidos, lo tiene claro: su favorita es la literatura japonesa, y nos recomienda a Natsume, Soseki y su obra, Botchan (Chiquillo).
Muchas gracias Álvaro, por tu labor en la Biblioteca de Filosofía y Letras, y por tu buen hacer e interés en tu formación como futuro bibliotecario.
