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LA CONQUISTA DE NAVARRA

A lo largo de esta nueva entrada vamos a estudiar con detenimiento el conflicto al que Carlos I tuvo que enfrentarse tras el levantamiento navarro.

El motivo de esta rebeldía venia desde principios del milenio, pero se agudizó a partir del siglo XV tras las incursiones castellanas en territorio navarro provocando una guerra civil. Fernando el Católico en el año 1512 preparó la invasión del reino de Navarra; tras esta toma se llevaron a cabo hasta tres revueltas con el fin de recuperar el reino e independizarse del poder castellano: la primera tuvo lugar en el mismo año de la conquista del rey católico, la segunda fue en el año 1516 y la tercera es la que vamos a estudiar a continuación.

En el año 1521 nos encontramos con una situación de lucha entre el rey español y Francisco I de Francia; en un contexto de conflictos continuos por diversos territorios en una “carrera imperial”. Francisco I apoya al rey navarro Enrique II, buscando reconquistar Navarra.

En el quinto mes de 1521 se produjo el temido levantamiento de ciudades navarras como Pamplona, Tudela, Olite, Tafalla y Estella sumándose a estas otras ciudades cercanas al corazón del reino navarro. André de Foix, un hombre de la confianza del rey francés, fue el valido fuerte de Francia en el alzamiento. Tras el éxito de esta campaña, el nuevo ejercito formado partió hacia Logroño con el objetivo de atacar la ciudad, mientras saqueaba y hacia caer cuantas ciudades apoyaban a Carlos I. El día 11 de junio, en pleno asedio a la ciudad logroñesa, De Foix se vio obligado a retirarse ante la cercanía del ejercito imperial ya organizado y listo para acabar con los rebeldes.

Se cifra al ejército formado para la reconquista de Navarra en torno a los 30,000 soldados, muchos de los cuales eran vencidos de la guerra de comunidades que acababa de finalizar. La superioridad del ejercito imperial se hizo notar inmediatamente y en la Batalla de Noáin el 30 de Junio, el ejército franco-navarro cayó derrotado siendo capturado y hecho preso André de Foix. El rey español confiscó todo aquello que perteneciese a los rebeldes, y repartió los castigos entre destierros y condenas de muerte.

Pero la rebeldía navarra no quedó aquí; cuatro meses después de la dolorosa y contundente derrota, los seguidores de Enrique II se reorganizan formando un numeroso ejército y ocupando diferentes plazas como el castillo del Peñón y Fuenterrabia. En 1523 Carlos I fue personalmente a Pamplona para acabar con la insurrección junto a 24,000 soldados. Finalmente la rebelión llego a su fin con un gran perdón a los rebeldes por parte de Carlos I aunque eso si manteniendo la confiscación de los bienes y condenando a muerte a alrededor de 125 insurrectos.

En la batalla de Pavia en el año 1525, fueron apresados Francisco I y Enrique II, siendo el primero obligado a firmar el Tratado de Madrid, mediante el cual renunciaba a prestar ayuda al rey navarro, renunciando así a su aspiración de controlar el territorio pirenaico y norteño español.

Nota:

Imagen 1: Escudo de Navarra, con cadenas, empleado tras su conquista.

Bibliografía:

Fernández Álvarez, Manuel (2003). Carlos V, el César y el Hombre. Espasa Calpe.

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GERMANÍAS

Reino de ValenciaA lo largo de esta nueva entrada vamos a comentar el conflicto de las germanías, el cual fue simultáneo al problema de los comuneros de Castilla, pero que nada tuvo que ver uno con el otro, dado que las germanías fue un conflicto que surgió en Valencia y Mallorca y que tuvo como motivos la crisis económica y las epidemias que sufrieron estas zonas, a lo que hay que unir el descontento de las clases mas bajas formadas por artesanos y pequeños comerciantes enfrentados a los grandes comerciantes y a la nobleza, por lo que fue un conflicto mas social que político.

Agermanados es una palabra proveniente de la traducción al valenciano de hermano. El conflicto tuvo su inicio en 1520, en la ciudad de Valencia; los gremios de esta ciudad habían conseguido de Fernando el Católico la autorización de armarse y organizarse militarmente buscando hacer frente a los ataques berberiscos. Carlos I, buscando ganarse el apoyo de estos gremios y limitar el poder de la nobleza valenciana, ratificó dicho privilegio. En este momento se desató una rebelión aprovechando que la nobleza había huido por la peste.

Las clases populares aprovecharon esta circunstancia para formar la Germanía, y una Junta formada por 13 miembros que representarían a los agermanados; hasta el momento solo tenían representación en el Consell General, un organismo sin trascendencia. El movimiento revolucionario se extendió por muchas ciudades, llegando incluso a Palma de Mallorca ademas de a Sagunto, Elche, Segorbe y Orihuela.

Los nobles valencianos se refugiaron en Peñiscola y Morella. Carlos V reaccionó ordenando al virrey que acabara con la rebelión, dando inicio a una lucha entre agermanats y la nobleza valenciana. Una vez llegó a su fin el conflicto de los comuneros de Castilla, en 1521 comenzó la guerra entre ambos bandos. La derrota de los agermanados en Orihuela fue sin duda un duro golpe para el movimiento, siendo el punto de inflexión a partir del cual fueron perdiendo poder y apoyos.

Biografía:

Germanías – Historia

Fernández Álvarez, Manuel (2003). Carlos V, el César y el Hombre. Espasa Calpe.

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CARLOS V Y SU PALACIO GRANADINO

En el último reducto musulmán de España, Granada, ciudad amada y conquistada por sus abuelos los reyes católicos; Carlos V edificó un palacio majestuoso aunque rompedor con la estética del entorno idílico en el que se estableció tal edificio, y este entorno no es otro que la Alhambra. El palacio se construyó en un extremo del patio de los Arrayanes en la ciudad-fortaleza musulmana de la Alhambra por el arquitecto renacentista Pedro Machuca.

El edificio consta de dos niveles: el bajo es de orden toscano completamente almohadillado, en cuyas pilastras se insertan grandes anillas de bronce decoradas. El piso superior es de orden jónico y sus pilastras alternadas con vanos adintelados provistos de frontón. Las dos fachadas principales ostentan sendas portadas de piedra de Sierra Elvira.

El patio circular también muestra dos pisos. El inferior está presidido por una columnata dórica de piedra pudinga con un entablamento muy ortodoxo, formado por triglifos y metopas con motivos de guirnaldas y bucráneos. El piso superior lo forma una columnata jónica, más ligera, con entablamento liso.

El edificio empezó a construirse en 1527 y Pedro Machuca realizó una construcción que se asemeja al manierismo. Hoy día y desde 1958 es sede del Museo de las Bellas Artes de Granada.

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LOS COMUNEROS DE CASTILLA

A lo largo de esta entrada vamos a llevar a cabo la explicación del primer conflicto interior al que se tuvo que enfrentar el protagonista de este blog, Carlos I.

Este conflicto tuvo lugar en Castilla entre los años 1520 al 1522, fue protagonizado por los llamados comuneros y serán protagonistas varias ciudades castellanas que se levantaron en contra del nuevo monarca y de la situación en la que vivían. En especial cabe mencionar las ciudades de Toledo y de Valladolid, las cuales se situaron a la cabeza de este levantamiento.

El conflicto estalló tras varios años de inestabilidad en el territorio castellano, un desorden que se venía arrastrando desde la muerte de Isabel la Católica en el año 1504, momento en el que llega a su fin una época de equilibrio social, económico y político.

Carlos I llegó a Asturias en 1517 tras reclamar en Flandes sus posesiones un año antes. Ya en 1518 asistió a las Cortes de Valladolid; llegó sin saber castellano y con una corte formada por nobles y clérigos flamencos, lo cual hizo levantar el malestar entre los nobles castellanos temerosos de ver perder su poder con la llegada del nuevo monarca, como de hecho ocurrió como vemos con el nombramiento de Guillermo de Croy, quien contando tan solo con 20 años fue nombrado Arzobispo de Toledo sucediendo al Cardenal Cisneros.

En el año 1520, Carlos I y V de Alemania fue precisamente a este país para ser proclamado emperador como sucesor de su abuelo Maximiliano, pero este nombramiento no era para nada bien visto en Castilla, y es que las ciudades castellanas mantenían que dicha proclamación terminaría por perjudicar tremendamente a Castilla, ya que deberían de hacer frente a una política fiscal inapropiada; esto, junto a una serie de malas cosechas y epidemias, acabaron por provocar revueltas urbanas. Las ciudades castellanas pedían ser gobernados por la madre de Carlos, Juana I de Castilla.

A pesar de este clima de crispación, Carlos se fue de España dejando como regente a Adriano de Utrecht, Papa número 18 de la Iglesia Católica. Tras la marcha del monarca los levantamientos se sucedieron por las diferentes ciudades de la meseta, Toledo, propuso a las ciudades en rebeldía la necesidad de una reunión en la que se trataran diferentes puntos como eran entre ellos: volver al sistema tradicional de cobro de impuestos, prohibir la salida de dinero del reino y que los cargos públicos fueran exclusivamente ocupados por castellanos. Además de los revoluciones de varias ciudades en contra de la nueva política de Carlos I, hubo algunos levantamientos en los señoríos por parte del campesinado contra sus señores, lo que ha dado a pensar que esta llamada Guerra de las Comunidades fuera en realidad una revolución señorial.

Decapitacion de los líderes rebeldes
Decapitacion de los líderes rebeldes

La rebelión duró alrededor de un año, momento en el que el emperador organizó a sus partidarios y sus tropas y puso freno a la revolución en la Batalla de Villalar, tras una derrota previa por parte de los comuneros en Tordesillas y una victoria que levantó el animo comunero en Torrelobatón con la ocupación de su castillo. Tras la victoria final de Villalar fueron castigados con la muerte los líderes de este levantamiento: Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado en la Plaza Mayor de Villalar.

Carlos I superó este escollo con el apoyo de la alta nobleza y los grandes comerciantes castellanos y las ciudades de Castilla la Vieja volvieron a ofrecer su sumisión al rey. Tras este duro golpe a los comuneros solo se mantuvo en rebeldia Toledo, la cual acabó cayendo tambien en 1522. Carlos I dio en Valladolid el 1 de Noviembre de 1522 una amnistiá a 293 rebeldes mientras que otros 100 comuneros fueron ejecutados y la nobleza quedó relegada bajo el poder de la monarquía.

Bibliografía:

Sánchez León, Pablo (1998). Absolutismo y comunidad : los orígenes de la guerra de los Comuneros de Castilla. Siglo XXI de España.

Los Comuneros – Revista de Castilla y León