Cultivando el campo filipino

Labrando nuevo terreno.

El Tío Sam, habiendo puesto su mano en el arado, no puede volverse atrás.

La justicia y la humanidad se movían a paso lento pero firme por el campo filipino. Por cierto, es curioso que Cuba tenga más protagonismo en la historiografía sobre esta guerra que Filipinas. Supongo que el idioma tendrá algo que ver (En Filipinas, aunque quedan algunas comunidades hispanohablantes, la mayoría habla en inglés y en tagalo)

La viñeta es de Bartholomew para el Minneapolis Journal (8 de septiembre de 1898, si no leo mal)


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