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Atácame bien

Este vídeo es una parodia de las artes marciales, y como toda parodia, tiene una base de verdad. Y es que a veces los aikidocas podemos ser muy crueles: “noooo, así no se ataca, se ataca así…” y cuando nuestro uke accede y nos hace caso, ¡zas! le damos una paliza. Es que así no se puede…
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La reflexión que podemos hacernos es si la rigidez de los ataques que entrenamos sirven como base para cualquier cosa que nos podamos encontrar o por el contrario debemos entrenar con ataques más reales, combinaciones de golpes y, sobre todo, contra patadas. Además es curioso, pero la interpretación de cómo son los ataques también varía en cada línea de Aikido, con lo cual la confusión es mayor.

Yo no creo que debamos centrarnos exclusivamente en la efectividad del Aikido, como hacen algunas líneas (AikiBudo, Yoshinkan, Yoseikan, shodokan, Fugakukai, Jiyushinkai o Kisei en España), pero tampoco creo que esté de más acostumbranos como ukes a realizar ataques verosímiles, tanto técnicamente como en actitud, es decir: que tori detecte y reciba agresividad e intención, y se acostumbre a superar los nervios, el bloqueo mental y demás sensaciones negativas.

Lo importante, en todo caso, es trabajar mucho la energía y la respiración, porque el objetivo final es derrotar a un posible adversario antes de que ataque, no lanzarlo a tres metros de distancia o partirle la muñeca con un nikyo salvaje. Todo ello sin olvidar la parte técnica, claro, tampoco se trata de centrarnos demasiado en el Ki, como hace el Ki-Aikido, se trata de alcanzar un equilibrio.

Gracias y un saludo,

Daniel