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El premio Voluntad 2009, en su primera edición, para Dolors Vázquez.

 

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Dolors Vázquez:

´Tenemos que estar como la piedra en el zapato, molestando siempre´

 

Dolors pinta con la boca y con el pie.

Dolors pinta con la boca y con el pie. 

ferran montenegro

 

 

No se reconoce ningún mérito a pesar de que los tiene todos: coraje, valentía, simpatía y humildad. La parálisis infantil y la polio mermaron casi por completo su capacidad física, pero no su inteligencia ni su sensibilidad. Licenciada en Derecho, pintora y coordinadora intercontinental de Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (Frater), a diario celebra la vida y se despierta entonando los versos de Serrat: "Hoy puede ser un gran día".

 

 

PILAR G. DEL BURGO VALENCIA

Cocemfe le ha dado el premio Voluntad 2009 en su primera edición por su arrojo y valor.  

                                                                                                          

Yo creo que eso no es ningún mérito porque mis padres me han enseñado que tengo que hacer lo que pueda hacer y a hacerlo lo mejor que pueda. Y eso es lo que hago.

                                                                                                               

Que una persona que solo tiene movilidad en su pie izquierdo sea licenciada en Derecho, pinte cada año una docena de cuadros y además sea la responsable en cuatro continentes de una organización cristiana es admirable

Cada uno hacemos lo que podemos, si hubiera hecho una carrera de 100 metros en un tiempo récord sí que tendría mérito, pero hago lo que puedo porque la cabeza y la inteligencia no la tengo con discapacidad.

                            

¿Qué opina de que casi el 20% de personas con discapacidad de la C. Valenciana no reciba asistencia personal de ningún tipo?  

                                   

Yo pienso que estamos muy acostumbrados a que siempre haya sido así; siempre hemos tenido carencias porque tenemos muchas necesidades. El día a día de una persona con discapacidad genera unas obligaciones que hay que cubrir porque somos parte de la sociedad en la que hemos nacido.   

                   

__ Las personas con discapacidad, ¿son suficientemente peleonas?

Tendríamos que salir más a la calle, por eso es útil estar en asociaciones porque seríamos más fuertes y nos harían más caso. Esto lo decimos mucho en Frater, porque ahí no solo rezamos sino que también realizamos una función social de revindicar los derechos de accesibilidad, visibilidad…

                             

__ ¿Cómo podrían sensibilizar al Gobierno?

Eso es muy difícil, pero hay que estar en los organismos donde se toman las decisiones para dar nuestra opinión. Tenemos que ser como la piedra que está en el zapato, que siempre está molestando un poco, pero la piedra a quien más molesta es a nosotros y también nos cansamos de estar con la espada siempre en alto.

                                                                                                                

__ Hay que ponerse en el lugar del otro

Es muy difícil, porque nadie sabe lo que necesitamos. Que te quieras duchar y que no puedas… Ponerse en el lugar de alguien que tiene menos capacidades físicas que tú… es difícil, nadie quiere ponerse en nuestro lugar, por eso no se hacen las cosas que deben hacerse y por eso tenemos que estar ahí, reclamando nuestras necesidades y recordando que también somos esta sociedad.

 

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image «El asistente personal independiza a las personas con daños medulares»

 

La independencia de personas con lesiones medulares será el eje de un seminario formativo convocado para mañana martes.

 

POR: MERCEDES GONZÁLEZ

Aspaym es una asociación que representa a personas con lesión medular espinal. Esta entidad nace en Albacete sin ánimo de lucro en 1992 con el objetivo de reunir a los afectados y reivindicar su integración en la sociedad. José Antonio Córdoba, presidente de Aspaym Albacete, intenta acercar a toda la población la problemática de esta enfermedad en un seminario formativo. 

   

– José Antonio, ¿qúe temas se van a tratar en este seminario?

– El seminario formativo que presentamos se centra básicamente en la figura del asistente personal y la vida independiente de las persoans que sufren daños medulares, como pueden ser los tetraplégicos. Existe una tendencia a que las personas con discapacidad deban estar en algún tipo de institución o residencia; con este seminario pretendemos resordar y divulgar que las personas según la Constitución, tienen derecho a vivir en su casa. No es lógico que una persona jóven que ha tenido un accidente, esté obligado a vivir en una residencia, porque la actividad diaria de su familia no le permita prestarle toda la atención que necesita. 

                                                                                

– ¿En qué consiste exáctamente la labor de un asistente personal?

– Se trata de una persona que atienda día a día y en cualquier momento, las necesidades de personas con diversidad funcional; es un apoyo personal para el afectado tanto físico como emocional. La presencia de un asistente personal facilita a las familias una ayuda real, les permite llevar una vida normal y el hecho de tener dentro del núcleo familiar a una persona con daños medulares no les supondría una esfuerzo añadido.

                                                                   

– ¿Cuál es el objetivo de la realización de seminarios y jornadas de formación?

-Con este tipo de seminarios y actividades, desde la asociación Aspaym pretendemos que tanto enfermos y familiares, así como la sociedad en general, estén informados sobre los avances, la evolución y las facilidades que se pueden ofrecer a las personas que la necesiten. El trabajo que realiza un asistente personal se desconoce en nuestro país, incluso en ocasiones no está bien visto por las familias de los afectados. Se trata de una labor muy normal en toda Europa, en países económicamente más avanzados, como Holanda y algunos países nórdicos. Allí la figura del asistente está muy reconocida y ha supuesto un gran avance en la autonomía de personas que hasta el momento eran dependientes de sus familias o tutores.

                                                           

– Y, ¿por que cree que en España no está tan extendida la labor de este tipo de asistentes?

– Posiblemente sea debido al desconocimiento, y a la falta de recursos para iniciar proyectos similares. Nosotros tratamos de ofrecer toda la ayuda posible a las familias, pero somos una asociación y tenemos un presupuesto insuficiente como para poder prestar este tipo de ayuda. Pretendemos dar a conocer la labor de los asistentes personales, promover la vida independiente como derecho de todos, y así presionar de algún modo a las autoridades. Actualmente, en nuestra asociación hay personas que no pueden salir de casa simplemente porque no pueden bajar las escaleras, una situación que no es justa para nadie. 

                                                                                                      

– ¿La independencia de estas personas sigue siendo un reto para Aspaym?

– Por supuesto, es uno de los objetivos prioritarios. Promocionar la autonomía personal y mejorar la calidad de vida de los lesionados medulares y grandes discapacitados físicos, la supresión de barreras, la accesibilidad integral o la mentalización de la sociedad son las variables con las que nos enfrentamos cada día.

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"Muchos dirigentes del PP son partidarios de una Ley del Aborto"

 

ENTREVISTA

 

Trinidad Jiménez, ministra de Sanidad, habla sobre la Ley del Aborto y sobre la Ley de Dependencia, dos proyectos que le tocan muy de cerca

 

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La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, el pasado jueves, en la azotea de la sede central de su departamento, en Madrid. 

DANI POZO

 

"No hay un clamor en la calle por saber: ¿Y yo cuándo me empiezo a vacunar?"  

                                                           

"No puedo entrar en el debate con los médicos que duden de la seguridad de la  vacuna"  

                                             

"Algunos del PP discuten ahora lo que se aprobó sobre el aborto hace 25 años" 

                                                           

"El único debate dentro del PSOE ha sido sobre el aborto de las menores sin permiso paterno"    

                                  

"Vamos a ayudar a las autonomías a aplicar la Ley de Dependencia, pero no todas cumplen"    

                                    

"La gestión privada de la sanidad no debe alterar su carácter público, universal y gratuito"

Para leer la entrevista

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El arte de la Obstinación.

REPORTAJE: PERSONAJE

El arte de la Obstinación

GUILLERMO ESPINOSA 12/04/2009

Cuando alguien siente el arte como la médula de su existencia, nada, ni una parálisis por derrame cerebral, puede inmovilizarle. Es el caso de la artista española Ángela de la Cruz. Su cuerpo está en una silla de ruedas. Su cerebro es pura energía creativa.


Se la podría considerar una pintora del género de las malas madres; maltrata a su prole dejándola desangrarse en la calle, semidesnuda. En ese proceso de golpear la pintura, estrujarla, desfondarla, arrancarla de su marco y de todo atisbo de dignidad, Ángela de la Cruz se ha reinventado a sí misma, convirtiéndose no en una vándala melancólica, sino en una extraordinaria escultora”. En 2003, Gilda Williams, crítica de arte del Shoteby’s Institute of Art, se refería así al trabajo de esta artista coruñesa con nombre de santa. Lo hacía desde las páginas de

“Mi trabajo va a mejorar con lo que me ha pasado. Estoy a punto de estallar. Nunca tuve tanto tiempo para meditar”


Vitamine P (Phaidon), un extenso catálogo subtitulado Nuevas perspectivas en pintura y una de las más completas biblias sobre el género en la actualidad. Ángela era la única pintora española incluida en esa publicación, elaborada por medio centenar de críticos y comisarios internacionales. En aquel momento, esta aún treintañera artista era una de las estrellas de la Anthony Wilkinson Gallery, que dejaría al año siguiente por la aún más prestigiosa Lisson Gallery londinense, todavía hoy su galería, donde comparte espacio con creadores de la talla de Sol LeWitt, Tony Cragg y Anish Kapoor.

Entrelazaba sus exhibiciones por galerías y museos de Nueva York, Viena, Melbourne y Estocolmo con las clases de pintura que impartía en la Ruskin School of Arts de Oxford o en el Royal College. Se había convertido en una animadora vocacional de las noches de Londres, donde residía desde finales de los ochenta. Viajaba constantemente; pintaba y elaboraba proyectos y muestras sin descanso; salía, bebía, fumaba y bailaba con una intensidad que parecía querer quebrar el tiempo, agotarlo. Este año su nombre también ha sido incluido entre los 100 artistas españoles más interesantes, en un proyecto de la editorial Exit, coordinado por Rosa Olivares.

Pero a día de hoy, Ángela de la Cruz lleva tres años sin coger un pincel; ajena al mundo del arte, postrada primero en una cama de hospital que tardó 17 meses en abandonar y anclada después a una silla de ruedas que ella misma, con tenacidad, trata de ocultar bajo esos largos abrigos que ya vestía mucho antes de padecer su primer derrame cerebral. No es que se avergüence de las radiales metálicas que hoy suplen sus piernas, antes tan activas, pero se percibe con descarnada claridad su enorme resistencia a asumir esa mediana autonomía. Ya no odia su parálisis, porque la está venciendo: sigue luchando para volver a ser la misma de antes. No hay amargura ni retranca cuando, con su habla aún difícil, entorpecida, clama casi al comienzo de la conversación: “¡Yo soy más arte que nadie!”. Es un acto reflejo: el cerebro de Ángela no está impedido, y las ideas y los proyectos siguen bullendo con el mismo rigor y facilidad que antes.

La primera señal de que algo no iba bien en su cabeza la pilló desprevenida, en plena calle, en agosto de 2006, unos meses antes del ataque que finalmente la doblegaría. Ocurrió durante unas vacaciones en Vejer, entre Barcelona y Gerona. Un dolor de cabeza extremo al que siguió una pérdida parcial y constante del equilibrio. Al regresar a Londres le diagnosticaron su cavernoma, también conocido como angioma cavernoso: una malformación vascular en el cerebro que crea anomalías en los vasos sanguíneos, lo que provoca crisis epilépticas y hemorragias internas. También le informaron de que el único tratamiento era quirúrgico, y no precisamente exento de peligros.

Pero ese primer ataque no pasó del susto momentáneo. “Me recuperé rápido. Los médicos me explicaron todo, pero yo decidí continuar mi vida en Londres más o menos de la misma manera, quizá algo más sosegada, pero dedicada por entero a mi trabajo y también a mis placeres cotidianos: fumaba y bebía demasiado, salía y me divertía como antes”. No duró mucho. Tres meses después la volvieron a ingresar en Londres. Todo se complicaba.

Ángela de la Cruz nació en A Coruña en 1965. Hija de una familia de clase media (su padre, podólogo; su madre, con una licenciatura en Económicas, era su asistente en la clínica), la pequeña Ángela, segunda de cinco hermanos, fue todo menos una adolescente fácil. “Era muy rebelde. No recuerdo de cuántos colegios me expulsaron; de muchos”. De joven abrazó el punk y el anarquismo con vehemencia, para horror de sus padres. La sed de independencia la llevó a Santiago de Compostela a estudiar filosofía. “En realidad, quería hacer Bellas Artes, pero mis padres no me dejaron ir a Madrid, Valencia o Bilbao. Era demasiado salvaje. En Santiago me dediqué a salir por las noches. La carrera no me interesaba nada. Una amiga de la facultad salía con un hombre 20 años mayor que ella. Fue a partir de ahí cuando aprendí un montón. En cuanto pude me marché a Inglaterra”. En 1987, tras los pasos de una amiga, con un trabajo de au-pair para dos meses, se trasladó a la capital británica, primero, al oeste con una familia india, y luego, a Candem Town. Sigue en Londres 21 años después. A Ángela no le gusta hablar de su vida privada, pero es imposible no añadir que, entre otros motivos para quedarse, encontró a Gerry Ivers, el hombre que la acompaña desde ese año, su novio de toda la vida, su resistente pilar.

Trabajando en cualquier cosa, Ángela se pagó sus estudios de Bellas Artes. Después ingresó en el Institute of Contemporary Art (ICA): primero de camarera, luego en la fotocopiadora, finalmente como una más… “En la escuela, llegó un punto en que me atasqué: no hacía sino pintar el mismo cuadro una y otra vez. Un día, al enterarme de la muerte de mi padre, destrocé el lienzo: no de cólera, sino de tristeza. Ahí empezó todo. El marco era y es la espina dorsal de un cuadro, lo que lo mantiene derecho. Cuando está roto, pierde esa cualidad de rectitud. Me intimidaba la pintura erguida, esa figura autoritaria”.

La sensibilidad de Ángela aparece en cada observación, incluso de lo más nimio. Aceptada la invitación a su casa de Kew Bridge, al oeste de Londres, pronto nos descubre el motivo de la cita al comenzar la tarde: “Para que admiréis la luz del norte que entra por los ventanales del salón”. Su piso es amplio, y ha borrado conscientemente las huellas de su incapacidad, sólo visibles en el baño y en su habitación. Ángela se presta a enseñarnos sus proyectos. Su ordenador cuenta con un teclado adaptado, de grandes teclas, que ella presiona casi sin fuerza, como lo haría un bebé. Pero sus ojos negros brillan con una decisión demoledora. Delante de nosotros aparecen los bocetos de ideas futuras con nombres magníficos -Transfer (intercambiador), Defleated (desinflado)-; más esculturas que pinturas, o, en cualquier caso, híbridos fascinantes. Es una conversadora compulsiva y divertida, aunque le cueste; a veces frívola, a veces profunda, pero sin asomo de petulancia. “Soy una gamberra”, se define a sí misma.

Paseando la mirada por la pantalla de su ordenador, llama la atención un documento de Word: Cuando me desperté, escrito en inglés. Al preguntar de qué trata, si es otro proyecto, su mirada acusa la sombra de una duda. Realiza un esforzado doble click y podemos leer: “Cuando me desperté no lo podía creer. ¡Era incapaz de hacer nada! Mi cuerpo no respondía. Había estado en mi estudio, trabajando con Colin, mi asistente, cuando sentí un dolor masivo en la cabeza. Acudí al hospital de Queen’s Street, donde previamente habían tratado mi cavernoma, pero no pudieron actuar tan rápido. Incapaz ya de caminar, me condujeron a la UCI, donde hicieron lo que pudieron y, probablemente, me salvaron la vida. Sufría una enorme hemorragia en el cerebro y estaba embarazada de dos meses. Allí permanecí los cuatro primeros, internada. Seguía en cuidados intensivos, pero no lo recuerdo claramente. Los médicos me hicieron una traqueotomía para que pudiera respirar y me entubaron para que me alimentase y orinase libremente. No podía mover ningún músculo del cuerpo”.

Es el relato de esas primeras horas, días y meses tras el derrame. Un pormenorizado detalle de su agonía física y, en paralelo, de su libertad mental; de cómo logró asumir lo sucedido y vencer la depresión; de los consejos de los médicos recomendándole un aborto. Pero se empeñó en dar a luz a su hija Angelita Lola, que nació bien y estable. “Si hay algo de lo que no me arrepiento es de esa decisión”, añade, aunque postergase su recuperación hasta el momento de dar a luz, un retraso de nueve meses que casi acaba con ella. “¿Sabes?”, reflexiona intrigante, “la víspera del ataque fui al cine, a ver Mar adentro, la película de Amenábar, y me pasé toda esa noche pensando en qué pasaría si me quedara incapacitada. Extraña coincidencia, ¿no?”. Pero poco a poco va ganando la lucha. “Gracias a esta enfermedad he recuperado muchas cosas que había perdido: la tranquilidad y la lectura, por ejemplo. Antes viajaba de una forma compulsiva, y me pasaba el día de fiesta. Ahora disfruto leyendo”.

Ángela está ingresada en una clínica de rehabilitación de alto rendimiento, el Wolfson Centre, que abandonará en breve. Pasa allí cinco días a la semana, los sábados y domingos regresa a casa con su novio y su hija. Entre sus planes inmediatos está el alquilar un estudio cerca de su nueva residencia y comenzar a pintar otra vez. Ha ganado expresividad facial, ha mejorado su habla e incluso ha logrado incorporarse. Y tiene exposiciones a la vista este año en una galería francesa y en Finlandia, en el certamen HoviArt Contemporary. “Por fuerza, mi trabajo va a mejorar después de lo que me ha pasado. Estoy a punto de estallar de tantas ganas de hacer cosas. Nunca antes tuve tanto tiempo para meditar”.

Ya ha negociado con la Lisson Gallery la exposición que la devolverá al mundo del arte. Será en 2010, con todas las piezas nuevas. Se titulará Insider. P