Francisco Javier

Confesor, Misionero, Religioso de la Compañía de Jesús, Sacerdote

Francisco de Jasso Azpilcueta Atondo y Aznares de Javier , más conocido como Francisco de Javier o Francés de Jasso. Nació el 7 de abril de 1506 y murió el 3 de diciembre de 1552. Fue un religioso y misionero navarro de la Compañía de Jesús nacido en el Castillo de Javier de la villa homónima y fallecido en la isla de Sanchón ( China ).

Famoso por sus campañas evangelizadoras en el Asia Oriental y en el Japón, le valieron el sobrenombre de Apóstol de las Indias.

Cuando el rey de Portugal pidió misioneros jesuitas para sus dominios de la India, se los arregló para ir él a la empresa.
En una época en que a los 40 años se fue viejo, emprendió la aventura asiática al la edad 35.Tardó más de un año en el azaroso viaje hasta la India, en el que pasó todo el catálogo de penalidades, pero vale la pena, pues cuando llegó descubre su pasión asiática.
Recorrió la costa índica hasta el extremo sur, convivió con los pescadores de perlas y pasa a Ceilán, donde se enfrentó a la matanza de cristianos. Subió luego por la costa oriental de la India hasta Madrás, donde estaba la sepultura de uno de los Doce Apóstoles, Santiago el Menor, ante la cual se renovó su celo misionero- exploratorio.
Oyó hablar de un país muy civilizado llamado Japón y decidió ir allí, aunque tuviera que hacerlo a bordo de un barco pirata. Con enormes dificultades, sentó las bases del cristianismo en Japón, pero no se conformó. Intuyó que la refinada cultura japonesa tiene sus raíces en China. Ése sería su siguiente asalto.
China es era país prohibido a los extranjeros, pero ¿quién puede detener a Francisco de Javier? Solamente la llamada de Dios a su seno. Mientras esperaba en una isla costera el permiso para desembarcar en Cantón, contraó una pulmonía que le provoca la muerte a los 46 años. Su apostólica pasión por Asia quedaba recogida en 137 cartas que componen, valores espirituales aparte, una fantástica crónica de viaje a lo desconocido.

Viaje de Francisco Javier

Compañía de Jesús

En la ciudad italiana de Vicenza, a finales de 1537, Ignacio de Loyola y sus primeros compañeros se preguntaron sobre el nombre que otorgaban a la nueva religión que habían puesto en marcha, según lo narra su propio secretario Juan de Polanco. Ellos creyeron ver únicamente en Cristo el motivo de inspiración de la misión que iban a desempeñar dentro de la Iglesia. Por eso eligieron titularse como miembros de la Compañía de Jesús. Después Pedro de Ribadencia confirmaba que el nombre se vio ratificado por el deseo de Ignacio de Loyola.

Loyola prestó mucha importancia en la calidad más que cantidad, pero la Compañía de Jesús creció rápidamente. Había cerca de un mil de los jesuitas por la muerte del fundador en 1556, principalmente en España, Italia y Portugal, pero también en Francia, Alemania y Bélgica, así como misioneros en la India, África y América Latina.

Función

La educación se convirtió rápidamente en la más grande apostolado jesuita. En 1626 los jesuitas dirigidos quinientos colegios o seminarios, un número que casi se duplicó en el siglo mideighteenth. La carta fundamental de estas escuelas fue la Ratio Studiorum (el Plan de Estudios) de 1599, que trató de purificar y simplificar el humanismo renacentista, lenguas clásicas y literatura y la religión siempre que el plan de estudios con la filosofía aristotélica para estudiantes avanzados.

Los colegios de la Compañía utiliza el teatro, a menudo con pompa exuberante, para inculcar valores morales y religiosos.

Tradicionalmente, los jesuitas han reservado su más alta consideración por el trabajo misionero. Francisco Javier (1506-1552), la primera y más grande misionero jesuita, sentó las bases para la actividad de los jesuitas en la India, Indonesia y Japón. La misión japonesa en particular, floreció hasta que fue arrasada por la persecución salvaje en el siglo XVII. En China Matteo Ricci (1552 – 1610) fundó la misión de los jesuitas, donde él y sus sucesores ganó la protección de los emperadores Ming, mediante la introducción de los conocimientos científicos occidentales y técnica a los círculos de la corte de Pekín. Fueron pioneros en la adaptación del evangelio a las tradiciones chinas y formas de pensamiento, aunque en esta cantidad de católicos críticos sintieron que habían ido demasiado lejos. Sus escritos introducido a China a Occidente.