26 mártires de Japón- El fracaso de la misión en Japón

Como en el resto de Asia, la presencia de los jesuitas en Japón se remonta a la evangelización que San Francisco Javier llevó a cabo en este continente en el siglo XVI. El 15 de agosto de 1549 , San Francisco Javier , Cosme de Torres (sacerdote jesuita ), y el padre Juan Fernández llegaron a Kagoshima desde España con las esperanzas de llevar el catolicismo a Japón . Javier visitó a Shimazu Takahisa , el daimyō de Kagoshima, pidiéndole permiso para construir la primera misión católica en Japón.

Originalmente, el shogunato y el gobierno imperial apoyaron la misión católica, pensando que esto reduciría el poder de los monjes budistas , y ayudaría a las relaciones comerciales con España y Portugal . De todos modos, el shogunato era precavido por el asunto del colonialismo , viendo que en las Filipinas los españoles habían tomado el poder tras convertir a la población (y que otros poderes coloniales habían hecho lo mismo en otros sitios). El gobierno fue considerando cada vez más al catolicismo como una amenaza, y comenzó a perseguir a los cristianos. Posteriormente, la iglesia católica fue prohibida y aquellos que rehusaban abandonar su fe eran asesinados.

Finalmente, el Taikō Toyotomi Hideyoshi condenó a muerte a veintiséis cristianos – cinco misioneros europeos franciscanos , uno franciscano mexicano ( San Felipe de Jesús ), tres jesuitas japoneses y diecisiete laicos japoneses, incluidos tres niños. Los portugueses , españoles y los cristianos japoneses que contemplaban la escena, no pudieron resistir más y, rompiendo el cordón de soldados, corrieron hacia las cruces. Empapaban en la sangre trozos de paño, recogían la tierra santificada, se llevaban pedazos de los hábitos y kimonos de los mártires.

En los años posteriores la persecución continuó esporádicamente, explotando otra vez entre 1613 y 1637 , tiempo durante el cual el catolicismo estuvo oficialmente prohibido.

Vidas de los mártires del Japon                  

Monumento dedicado a los mártires en Nagasaki

                                      

 

Un libro que abrió la ventana de China a los europeos

En 1585 se publicó en Roma el libro Historia de las cosas más notables, ritos y costumbres del Gran Reyno de la China (1585) de Juan González de Mendoza.

El autor nunca estuvo en China pero compiló en su libro todo aquello que en aquel momento se sabía sobre China.  Sus fuentes eran en buena medida portuguesas, aderezadas con los relatos de los misioneros que se habían adentrado sin fortuna en tierras chinas: Martín de Rada, Pedro Alfaro, Agustín de Tordesillas, Martín Ignacio de Loyola, etc. El libro se convirtió en la obra que difundió una imagen utópica e hiperbólica de China entre los medios cultos europeos, ávidos de noticias sobre este mitificado reino, durante las últimas décadas del siglo XVI y durante las primeras décadas del siglo XVII . Se tradujo a las principales lenguas europeas y gozó de más de cuarenta ediciones en apenas dos décadas.

Este libro, al publicar, dio una gran influencia a Europa, y abrió una ventana a China para los europeos. Además, afimó la decisión de los reyes europeos para enviar jesuitas a China.

Un burócrata chino- Xu Guangqi

Xu Guangqi ( chino: 徐光启, 1562-1633),  fue un burócrata chino, estudioso de la agricultura, astrónomo y matemático, durante la dinastía Ming .

Fue colega de Matteo Ricci , con el que tradujo numerosos textos clásicos occidentales al chino. En 1607, Xu y Ricci tradujeron los primeros capítulos de los Elementos de Euclide al chino, dando a sus compatriotas nuevos conceptos en matemáticas y lógica occidental. Estudiosos chinos atribuyen a Xu haber comenzado el periodo de la Ilustración China .

Matteo Ricci (a la izquierda) y Xu Guangqi en una imagen de China Illustrata de Athanasius Kircher, publicada en 1667. La edición china de los Elementos de Euclides, fue impresa en 1607.

El contacto con Ricci lo llevó a ser bautizado como católico en 1603 con el nombre de “Paul Xu Guangqi” . Este acercamiento a occidente influyó en él de modo que se volvió más crítico respecto a China, especialmente en matemáticas.

La gran contribución de Matteo Ricci

Su intensa labor en China supuso el mayor intercambio cultural entre Europa y China hasta aquel momento.

Además del profundo conocimiento de los libros clásicos chinos por parte de Ricci (que le llevaron a realizar una perfecta síntesis entre el cristianismo y el confucianismo), una de las claves para su éxito fue su conocimiento científico. Ya en su tiempo, algunas obras matemáticas europeas clásicas fueron traducidas al chino. Sin embargo, todavía fue más importante que Ricci se diera cuenta de la gran importancia que tenía la astronomía en el imperio chino. Desarrolló una amistad con el matemático chino Xu Guangqi, y juntos realizaron la primera traducción al chino de los Elementos de Euclides.

Kunyu Wanguo Quantu, Mapa del mundo elaborado por Giulio Aleni, basado en el precedente de Matteo Ricci en China.

Gracias a Ricci, los conocimientos técnicos, matemáticos y cartográficos de Europa entraron en China, y fue él quien fundó las primeras comunidades católicas en el país.

Matteo Ricci

Matteo Ricci- Un jesuita destacado

Al hablar de los jesuitas en China, se destaca un personaje muy importante, tanto para el mundo occidental, y el imperio chino- Matteo Ricci.

Matteo Ricci, en chino Lì Mǎdòu (利瑪竇), nació el 6 de octubre de 1552 y murió en Pekín el 11 de mayo de 1619. La Compañía de Jesús lo destinó a China donde pasó casi treinta años predicando el cristianismo.

Nacido en Macerata, en los Estados Pontificios (actualmente en Italia), estudió en la escuela jesuita local y en 1568 se desplazó a Roma, donde comenzó estudios de derecho. En 1571 pasó a formar parte de la Compañía de Jesús. Fue alumno del también jesuita Cristóbal Clavio, con quien estudió matemáticas y astronomía.

En 1582 viajó a China, llegando a Macao , también territorio portugués, el 7 de agosto de 1582 .

Estableció una misión permanente en el imperio chino. Puso en práctica la política de ‘acomodación’ que había propuesto Alexandro Valignano (1539-1606), el cual tenía el cargo de Visitador de las misiones en Asia. Esta política consistía principalmente en guardar respeto a la cultura autóctona, vestir al modo de los naturales del país, aprender su lengua, y en general seguir sus costumbres. Estas consignas las siguió Ricci. Tras entrar en el imperio en 1583 y después de vivir en varios lugares de China, finalmente pudo establecerse en la capital, Beijing, en 1601, donde permaneció hasta su muerte.

 

Por qué China?

Cuando los españoles y los portugueses llegaron a Asia Oriental, en el siglo XVI, China se encontraba gobernada por la dinastía Ming (1368-1644), la cual había cerrado el país prácticamente a toda influencia exterior. Esta política imperial se oponía a lo que había sido casi toda la historia china, en la que habían sido comunes las relaciones comerciales, culturales, religiosas y científicas con otros países.

Justo en ese momento histórico, cuando era más difícil para los extranjeros penetrar en China, los europeos estaban en plena fase de expansión.

“Estamos muy determinados a ir a China. Todos los chinos que nos ven, digo hombres honrados mercaderes, muestran holgar y desear que vayamos a China, pareciéndoles que llevamos alguna ley escrita en los libros que será mejor que la que ellos tienen, o por ser amigos de novedades. Todos muestran grande placer, aunque ninguno nos quiere llevar, por los peligros en que se pueden ver.”

El imperio del Centro era visto como un pacífico paraíso, un hervidero de maestro y sabios, un universo de paz, orden y razón. Se consideraba a los chinos unos devoradores de libros, dotados de una curiosidad insaciable, lo que habría de influir en la feliz introducción del cristianismo. Matteo Ricci, que sucedería a Francisco Javier en este escenario geográfico haciendo realidad el sueño de éste, remitió a Europa una visión de China en la que ésta aparecía como un Estado confuciano de carácter monolítico e inmutable. China, como paradigma de estabilidad, aunque también de inmovilismo, ofrecía una positiva imagen a los europeos, que a finales del siglo XVI se hallaban hastiados de tanta disputa y lucha religiosa entre cristianos.

Misión de los jesuitas en China

El primer encuentro entre españoles y chinos

El primer encuentro oficial, se dio en 1575, entre españoles y chinos cuando un chino, al mando de Wang Wang Gao, llegó a las costas de Filipinas persiguiendo al pirata Limahon (Ru Linfeng). Los españoles ayudaron a Wang, que en agradecimiento les invitó a visitar la provincia de Fujian. El gobernador Guido de Lavezares designó a dos agustinos, Martín de Rada (autor de la primera relación sobre China escrita por un español y que es un informe sobre las vicisitudes y noticias recogidas sobre su viaje) y Jerónimo Marín para que acompañaran a esa delegación y para no solamente obtener la máxima información posible sino ser capaces de escribirla. Sin embargo, el pirata se escapó y la promesa de los chinos de permitir a los españoles un puerto de comercio, como el de los portugueses en Macao, no se concedió.

Los jesuitas en China

Los jesuitas llegaron por primera vez a China en el año 1582 . Dieron a conocer Europa al pueblo chino, predicaron lareligión cristiana y tradujeron libros cristianos al chino. Y también proporcionaron a Europa el primer informe moderno del Imperio chino.

Se puede dividir el período de la primera misión jesuítica en China ( 1582 a 1773 ) en tres partes.

1. De 1582 a 1610

2. De 1610 a 1705

3. De 1705 a 1773

Voy a hablar sobre la primera parte, que corresponde a la llegada a China, y la instauración del método Ricci. Es el encuentro con la civilización y cultura china.

La labor de la Compañía de Jesús en el Reino del Centro se puede considerar como un ejemplo de acomodación de los misioneros a una cultura muy diferente, la cual tuvo lugar en varios ámbitos: filosófico, teológico y científico. Al fundador de la misión de Beijing, Matteo Ricci, siguieron varios miembros de la Compañía, como Adam Schall von Bell y Giacomo Rho, que fueron los introductores de las matemáticas y la astronomía europeas en el ámbito cultural chino. Esta conferencia se centra en la labor científica de estos jesuitas y en su impacto sobre la sociedad china.

Francisco Javier

Confesor, Misionero, Religioso de la Compañía de Jesús, Sacerdote

Francisco de Jasso Azpilcueta Atondo y Aznares de Javier , más conocido como Francisco de Javier o Francés de Jasso. Nació el 7 de abril de 1506 y murió el 3 de diciembre de 1552. Fue un religioso y misionero navarro de la Compañía de Jesús nacido en el Castillo de Javier de la villa homónima y fallecido en la isla de Sanchón ( China ).

Famoso por sus campañas evangelizadoras en el Asia Oriental y en el Japón, le valieron el sobrenombre de Apóstol de las Indias.

Cuando el rey de Portugal pidió misioneros jesuitas para sus dominios de la India, se los arregló para ir él a la empresa.
En una época en que a los 40 años se fue viejo, emprendió la aventura asiática al la edad 35.Tardó más de un año en el azaroso viaje hasta la India, en el que pasó todo el catálogo de penalidades, pero vale la pena, pues cuando llegó descubre su pasión asiática.
Recorrió la costa índica hasta el extremo sur, convivió con los pescadores de perlas y pasa a Ceilán, donde se enfrentó a la matanza de cristianos. Subió luego por la costa oriental de la India hasta Madrás, donde estaba la sepultura de uno de los Doce Apóstoles, Santiago el Menor, ante la cual se renovó su celo misionero- exploratorio.
Oyó hablar de un país muy civilizado llamado Japón y decidió ir allí, aunque tuviera que hacerlo a bordo de un barco pirata. Con enormes dificultades, sentó las bases del cristianismo en Japón, pero no se conformó. Intuyó que la refinada cultura japonesa tiene sus raíces en China. Ése sería su siguiente asalto.
China es era país prohibido a los extranjeros, pero ¿quién puede detener a Francisco de Javier? Solamente la llamada de Dios a su seno. Mientras esperaba en una isla costera el permiso para desembarcar en Cantón, contraó una pulmonía que le provoca la muerte a los 46 años. Su apostólica pasión por Asia quedaba recogida en 137 cartas que componen, valores espirituales aparte, una fantástica crónica de viaje a lo desconocido.

Viaje de Francisco Javier

Compañía de Jesús

En la ciudad italiana de Vicenza, a finales de 1537, Ignacio de Loyola y sus primeros compañeros se preguntaron sobre el nombre que otorgaban a la nueva religión que habían puesto en marcha, según lo narra su propio secretario Juan de Polanco. Ellos creyeron ver únicamente en Cristo el motivo de inspiración de la misión que iban a desempeñar dentro de la Iglesia. Por eso eligieron titularse como miembros de la Compañía de Jesús. Después Pedro de Ribadencia confirmaba que el nombre se vio ratificado por el deseo de Ignacio de Loyola.

Loyola prestó mucha importancia en la calidad más que cantidad, pero la Compañía de Jesús creció rápidamente. Había cerca de un mil de los jesuitas por la muerte del fundador en 1556, principalmente en España, Italia y Portugal, pero también en Francia, Alemania y Bélgica, así como misioneros en la India, África y América Latina.

Función

La educación se convirtió rápidamente en la más grande apostolado jesuita. En 1626 los jesuitas dirigidos quinientos colegios o seminarios, un número que casi se duplicó en el siglo mideighteenth. La carta fundamental de estas escuelas fue la Ratio Studiorum (el Plan de Estudios) de 1599, que trató de purificar y simplificar el humanismo renacentista, lenguas clásicas y literatura y la religión siempre que el plan de estudios con la filosofía aristotélica para estudiantes avanzados.

Los colegios de la Compañía utiliza el teatro, a menudo con pompa exuberante, para inculcar valores morales y religiosos.

Tradicionalmente, los jesuitas han reservado su más alta consideración por el trabajo misionero. Francisco Javier (1506-1552), la primera y más grande misionero jesuita, sentó las bases para la actividad de los jesuitas en la India, Indonesia y Japón. La misión japonesa en particular, floreció hasta que fue arrasada por la persecución salvaje en el siglo XVII. En China Matteo Ricci (1552 – 1610) fundó la misión de los jesuitas, donde él y sus sucesores ganó la protección de los emperadores Ming, mediante la introducción de los conocimientos científicos occidentales y técnica a los círculos de la corte de Pekín. Fueron pioneros en la adaptación del evangelio a las tradiciones chinas y formas de pensamiento, aunque en esta cantidad de católicos críticos sintieron que habían ido demasiado lejos. Sus escritos introducido a China a Occidente.