La corte virreinal: último enlace de Germana, con Fernando II, duque de Calabria

Tras enviudar Germana, Carlos I ordenó su nuevo matrimonio con Fernando II, duque de Calabria y los nombró virreyes y lugartenientes de Valencia.

Germana se había criado en una corte francesa culta y el duque de Calabria era un noble napolitano, proveniente, por tanto, de la cuna del renacimiento, el cual se relacionó mucho con humanistas y con otros hombres de letras, y formó una significativa corte literaria y musical. Además, su biblioteca tuvo gran fama, y la parte más valiosa estaba compuesta por códices procedentes de Alfonso V de Aragón, quién, durante su estancia en Nápoles, adquirió y mandó copiar un gran número de ellos.

Ambos convirtieron la corte virreinal en un activo núcleo de cultura renacentista, congregando a su alrededor a músicos, literatos y artistas y siendo verdaderos mecenas.

Eran continuos los festejos, con cantores, lecturas poéticas, sobre todo de Ausiàs March y convirtiendo a Tirant lo Blancen libro de culto de una corte donde prevalecen los galanteos entre caballeros y damas. Además, también se hacían cacerías, banquetes, veladas musicales, torneos, y había bufones al igual que en las cortes italianas.

Pero no todo era fiesta en la corte, y tanto Germna como el duque de Calabria ejercieron un duro gobierno persiguiendo a los agermanados, y haciendo frente al bandolerismo, a la piratería del Norte de África, al endeudamiento de los nobles y a la rebelión de los moriscos.


Posted

in

by

Tags: