Categories

Zaragoza

GOYA EN ZARAGOZA

A lo largo de sus dos mil años de historia, la ciudad de Zaragoza se ha gobernado y administrado según el modo e instituciones específicas de cada una de las épocas, culturas y organización social que ha conocido.

El área que ocupa el solar del antiguo convento de San Agustín y el entorno de la zona, conserva de forma secuencial restos de todas las culturas, y es un gran ejemplo de todas las etapas y eventos históricos sucedidos en la ciudad.

Aunque las primeras noticias hablan de un poblado ibérico llamado Salduba, el núcleo inicial de la actual ciudad de Zaragoza fue una colonia creada por los romanos, en el año 24 a.C., para los veteranos del ejército, llamada Caesar Augusta. A este origen se debe el trazado urbanístico del casco antiguo y su primer perímetro (el denominado ‘Coso’).

En el siglo VIII se convirtió en un centro musulmán importante llamado Medina Albaida Sarakosta. Los Banu Qasi, procedentes de Lleida, la convirtieron en capital de su reino taifa.

En el año 1118 Alfonso I el Batallador la conquistó y la convirtió en la capital del reino de Aragón. En el siglo XV se incorporaron a la ciudad los arrabales de labradores de San Pablo y de pescadores de las Tenerías.Durante el reinado de Fernando el Católico se fundó la universidad y se construyó la Lonja.

Centrándonos más en la época de Goya, el siglo XVIII, se inicia con la pérdida de los fueros aragoneses como consecuencia de la Guerra de Sucesión. Así que la ciudad pierde su autonomía de gobierno, al mismo tiempo que asiste a una notable prosperidad urbana.

Durante la segunda mitad del mismo siglo, se inicia una etapa diferente, a la que no será ajena la crítica ilustrada y su influencia sobre la vida de las órdenes religiosas.

Esta fase culmina con dos duros golpes para la institución: la ruina física del conjunto monacal (resultado de los sitios de la ciudad en 1808 y 1809), y la desamortización, que incorpora el solar, sus edificios y propiedades, a los bienes nacionales.

Durante la guerra de la Independencia (1808-1814), Zaragoza resistió el asedio de las tropas francesas.

A finales del siglo XIX se convirtió en el foco de una fuerte inmigración rural atraída por el reciente proceso de industrialización de la ciudad.

Actualmente Zaragoza, es la capital de Aragón y ciudad del Valle del Ebro, estando a 200 metros sobre el nivel del mar. El clima es mediterráneo y sus tierras tienden a ser áridas. La población, que supera los 607.000 habitantes, la hace una de las capitales más pobladas de España con una oferta turistica y patrimonial tan completa como variada. Como ejemplo de ello es la celebración de la Expo universal en el verano de 2008, cuyo tema central fue el agua.

Es imposible entender a Goya sin estudiar la obra que dejó en su tierra natal. En Aragón se conservan sus primeras pinturas, en las que despunta ya con fuerza su pasión y su genialidad. Son obras en general de tema religioso, pintadas entre 1760 y 1781, para su parroquia natal, su familia, algunos nobles importantes aragoneses, y, sobre todo, para sus protectores de la Iglesia aragonesa: los jesuitas, los hospitalarios, los cartujos y para los canónigos del Pilar. Ya lejos de su tierra, Goya seguiría realizando encargos para aragoneses, como retratista y pintor religioso.

En Zaragoza, Francisco de Goya dio sus primeros pasos artísticos, y el pintor siempre hizo visitas a la ciudad; en las cuales, realizaría trabajos que hoy en día, sirven como reclamo cultural y patrimonial de la ciudad de Zaragoza.

La obra de Goya en la ciudad se encuentra distribuida en los siguientes emplazamientos: En la Basílica del Pilar, Museo de Camon Aznar y Museo de Zaragoza. En estos últimos, se exponen pinturas, retratos y grabados del pintor.

Al hablar del reclamo artístico de Goya en Zaragoza, no podemos limitarnos a la capital ya que en la misma provincia, el pintor también hizo gala de su talento. En Calatayud, en la Iglesia de San Juan el Real. En Muel encontramos restos en Ermita de Ntra. Sra. de la Fuente. En el pueblo de Remolinos trabajó en la Iglesia parroquial de San Juan Bautista.

Es de destacar su obra en  el monasterio de Aula Dei (Ctra. de Peñaflor): Iglesia de La Cartuja, donde realizó  un ciclo iconográfico con escenas de la vida de la Virgen. En  este encalve es permitido, desde el 11 de noviembre de 1998, el acceso a mujeres.

Desde su niñez, Goya estuvo vinculado a la ciudad de Zaragoza. Su familia poseía una casa en la actual calle Teniente Coronel Valenzuela. Se formó en colegio de los Padres Escolapios; y se inició en el oficio de pintor, primero en el taller de Luzán y luego en el de Francisco Bayeu (su futuro cuñado).

En 1971, a la vuelta de su viaje a Italia, instaló su taller cerca del Coso y la plaza de San Miguel.

De joven (hasta 1775) hizo pequeños cuadros de devoción, destinados a la religiosidad popular, dentro de una estética tardobarroca y rococó, pero también decoró grandes conjuntos murales que revelan sus dotes artísticas y compositivas.

Así, encontramos el fresco de la “Adoración del Nombre de Dios” (1771-1772), en la bóveda del Coreto del Pilar; las escenas de la Vida de la Virgen en la iglesia de la cartuja de Aula Dei (1772-1774) y por supuesto la decoración de la cúpula “Regina Martyrum” (1780-1781) de la basílica del Pilar.

Entre mayo y primeros de junio de 1772, Goya pintó al fresco en la bóveda del Coreto del Pilar, frente a la Santa Capilla de la Virgen, La Adoración del Nombre de Dios, su primera obra importante tras volver de Italia. Con esta deseaba consagrarse artísticamente en Zaragoza, demostrando lo que había aprendido en las iglesias de Roma y en las grandes decoraciones de los maestros del Barroco y del Rococó.

En octubre de 1780 Goya, acompañado de sus cuñados, vuelve de Madrid a Zaragoza para pintar otra vez en la basílica del Pilar. Francisco Bayeu, a quien el Cabildo encargó la decoración de bóvedas y cúpulas en torno a la Santa Capilla, propuso a Goya pintar dos de las cúpulas y a Ramón Bayeu las otras dos.

A causa de los enfrentamientos con Francisco Bayeu y con la Junta de Fábrica que dirigía las obras del templo, Goya sólo pintó la cúpula junto a la capilla de San Joaquín, con la letanía Regina Martyrum, (a María como Reina de los Mártires).

Regina Martyrum es un conjunto espléndido de rico colorido expresado con soltura magistral. Resume la rica tradición de la pintura tardobarroca y rococó en la que Goya se había formando, pero la transforma mediante un lenguaje decorativo renovado, en el que incorpora un naturalismo que se aprecia en los mártires. Sin renunciar a la sensación de acontecimiento sobrenatural, los santos y santas parecen hombres y mujeres reales, de carne y hueso, auténticos tipos aragones algunos de ellos, con indumentarias de la época.

La causa del enfrentamiento fue la manera rápida de pintar de Goya, a grandes brochazos y manchas, sin precisión en el dibujo, que daba la sensación de no estar acabadas provocando duras críticas. La manera de Goya, libre y rápida, chocaba con los gustos clasicistas de la época.  Se prefería una pintura con figuras muy terminadas, dibujo muy acabado y actitudes contenidas.

En todo el conflicto surgido entre la Junta y el pintor, tuvo que mediar el Padre Salcedo, prior de la Cartuja de Aula Dei, para buscar solución. Este enfrentamiento acabo privando al Pilar y a la Ciudad de Zaragoza de mas frescos admirables, que hubieran podido encumbrar y encumbrarle en la historia del arte.

Además, es posible que este episodio impidiera que Goya siguiese por el camino de pintura religiosa típica de la época y empujándole a la buscada de otros estilos pictoricos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *