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El patrón de la ciudad

“Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos .”(Mateo, 16: 18-19)

Desde 1602 se tiene constancia de la celebración de la festividad de San Pedro en Novelda. A día de hoy, más de cuatrocientos años después, el santo sigue siendo uno de los patrones de Novelda y la iglesia parroquial sigue estando dedicada al mismo. En la presente entrada haremos una breve aproximación a la figura del santo apóstol y trataremos de explicar los motivos por los que fue elegido como patrón de la villa.

San Pedro, El Greco (1608)

San Pedro fue un pescador que, según el Nuevo Testamento, dejó su oficio para formar parte del círculo más cercano de Jesús Nazaret convirtiéndose en uno de sus doce apóstoles y el elegido por Jesucristo para desempeñar el papel de líder de la iglesia, siendo considerado por los católicos el primer papa de su Iglesia, siguiendo las palabras del evangelio de Mateo. Otro de los episodios bíblicos más conocidos es de sus “las tres negaciones” y, por otras fuertes, su viaje y martirio en Roma en el lugar exacto donde los Reyes Católicos mandaron construir el famoso templete de San Pietro in Montorio. En el arte suele aparecer como un señor ya entrado en años con la aureola de santo, la tiara o la corona papal, con la vestimenta típica de las altas jerarquías eclesiásticas o con túnica, llevando en las manos uno de sus atributos más conocidos: las llaves del Reino de los Cielos. A veces aparece también con un gallo o con una barca aludiendo al pasaje de la negación y a su antigua profesión.

Parece ser que la elección de San Pedro como patrón de la villa de Novelda está íntimamente ligada al hecho de que esta fuese pertenencia de los señores Maza de Lizana la mayoría de ellos bautizados con el nombre de Pedro. Esta suposición parece corroborada porque también Mogente, señorío de los Maza, y en la Ermita de la Romana, perteneciente hasta 1928 a Novelda, estaban bajo la advocación de San Pedro.

No hay que olvidar que la nobleza y el clero forman parte del estamento privilegiado coincidiendo en muchas ocasiones sus intereses y anhelos, dándose apoyo mutuo e incluso complementándose en sus distintas funciones pues no en vano compartían el monopolio de la cultura. Así mismo la advocación a un determinado santo relacionado con la onomástica del señor del lugar es un fenómeno que se da con frecuencia en la Edad Moderna siendo el ejemplo más claro las numerosas advocaciones a san Felipe – en Novelda también se dedica una ermita a san Felipe Neri- tras la entronización de la dinastía de los Borbones con la figura de Felipe V, 

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