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Fiestas de Novelda en el siglo XVIII

El movimiento festivo que se desarrolla en Novelda en el siglo XVIII bien puede considerarse como las bases tanto  estéticas como artísticas de las actuales festividades que se dan en esta ciudad. Así como apunta Miguel Ángel González:

“Los elementos que se utilizan en las fiestas locales actuales (…) en la mayoría de los casos son la evolución de elementos festivos utilizados en siglos pasados…”

Muchos de estos elementos ornamentales son una mera evolución de los que se utilizaban en siglos pasados, como por ejemplo: las carrozas que actualmente conocemos evolucionan de los carros triunfales del Barroco.

Gran parte del modelo festivo en Novelda durante el S.XVIII se basa a elementos propios de la Edad Media principalmente, a pesar que se han recogido otros muchos de siglos posteriores dado que estas festividades se han transmitido por tradición al igual que en la Edad Media se transmitían  las leyes.

Tras la llegada al trono de los Borbones no se han observado ningún cambio en cuanto a la estructura de las mismas se refiere. No obstante, las modificaciones que surgieron a lo largo del siglo XVIII acusan al cambio social imperante como a la incesante inmigración. Estos aportaron diferentes matices en los elementos más clásicos de las fiestas sin alterar la raíz de las mismas.

Las festividades que se han llevado a cabo a lo largo del S.XVIII  confluyen en aspectos básicos. En su mayoría son celebraciones en honor a santos, patronos y personalidades nobles como pueden ser : las fiestas por Santa María Magdalena, por Sant Pere, las rogativas por falta de agua que se encomendaban a los santos de Novelda, las festividades al Marqués de la Romana y al patrono de la Villa de San Roque. La ornamentación así como los gastos en cada festividad dependería a quien se debía la festividad. La pólvora para los morteretes, el dulzainero, las misas, las luminarias nocturnas, los toros, vino, frutas etc., son elementos que estaban presentes en estas festividades.

No es hasta 1770 cuando por Orden del Consejo de Castilla se ordena que todos los municipios realicen un Expediente en el que se regulen las fiestas quedando reflejado tanto la fecha como el motivo al que se dedicaban. Dicho expediente se encuentra en el Archivo Histórico Nacional.

A través del recorrido que Miguel Ángel González realiza en su artículo se puede establecer un calendario festivo anual durante el S.XVIII y explicar algunos de sus elementos a pesar de que algunos de ellos no se mencionen en el Expediente se conoce sus existencias por referencias concretas:

Los Arcos Triunfales pueden ser un reflejo de los arcos romanos aunque el material de construcción de estos era de piedra mientras que a partir de la Edad Media se adornaban con motivos florales. Este adorno se situaba en la entrada y salida de  las calles y equivalen a las luces de colores actuales. Los adornos en las fachadas eran frecuentes sobre todo las telas de colores de terciopelo rojo o negro.

Las luminarias – frecuentes desde el S.XV por la falta de luz en las calles- su cometido era iluminar todas las calles como síntoma de que la ciudad se encontraba en fiestas. Para ello. Utilizaban unas cazuelas llenas de aceite que prendían con mechas de lino o algodón. Las luminarias se colocaban en las fachadas y en las terrazas más altas. Actualmente han evolucionado a las bombillas de colores que alumbran las calles.

Los carros triunfales solían ser de madera e iban tirados por mulas o caballos, hoy en día han derivado en las carrozas. Las corridas de toros eran muy similares a  las actuales siendo  algunas herencia del pasado como los encierros que se llevan a cabo en Pamplona. Por otra parte, la función de los morteretes era la de explosionar y causar un enorme estruendo.

También se representaban comedias o entremeses teatrales para los cuales se empleaban elementos de la Iglesia como sillas y bancos.

El origen de las festividades de Novelda se remonta hasta la Edad Media, viendo como su estructura mantiene su base en la actualidad dado que se han transmitido de generación a generación mostrando la identidad cultural de la ciudad.

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