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Vida y obra

Jean-Jacques Rousseau nació en Ginebra el 28 de junio de 1712. Al fallecer su madre pocos días después de su nacimiento, su infancia transcurrió en compañía de su padre Isaac, un artesano relojero. Primero fue confiado a los cuidados de un pastor calvinista y luego a su tío, con lo que recibió una educación bastante desordenada. Aprendiz de grabador, Rousseau salió de Ginebra en 1728 y, después de una breve experiencia como criado en una familia de Turín, halló refugio en Les Charmettes, cerca de Chambéry, en casa de Mme. de Warens, que le hizo de madre, de amiga y de amante. En 1741 el filósofo ginebrino abandona Chambéry y se traslada a París, donde traba amistad con Diderot y a través de éste con los enciclopedistas. No estando acostumbrado a la vida de los salones, se sentía incómodo en el París culto y estaba inquieto e insatisfecho porque era un músico de segunda fila y trabajaba como humilde preceptor y cajero en casa de los Dupin. El conflicto entre su “yo” profundo y el mundo que le rodea se agudiza hasta el punto de que explota mediante una condena de aquel mundo, de aquella cultura, en nombre de la naturaleza que le había concedido las mas profundas alegrías, que no podía olvidar.

La publicación de sus dos primeros libros, el primero en 1750 y el segundo en 1755, le concedió un éxito repentino e inesperado. Al mismo tiempo, se había unido a una mujer ruda e inculta, que sin embargo siempre estuvo a su lado y de la cual tuvo cinco hijos, los cuales fueron sin excepción enviados por Rousseau a un orfanato, para no verse distraído de sus quehaceres intelectuales y porque, según sus convicciones, la educación de los niños corresponde al Estado. La relativa tranquilidad familiar y el éxito obtenido en sus primeros ensayos le permitieron entablar amistad con las personalidades más conocidas y colaborar en la Encyclopédie mediante una serie de artículos sobre temas de música. Muy pronto, sin embargo, rompió relaciones con los enciclopedistas, debido a una esencial diferencia de valoración con respecto a la sociedad de su tiempo, y más en profundidad, con respecto a la historia humana y a sus productos.

Mientras tanto, Jean-Jacques se había retirado al Ermitage de Montmorency. A este traslado le sucedió un  periodo de gran actividad literaria y la elaboración de sus principales obras. En 1758 acabó su Lettre a d’Alembert sur les spectacles, donde quedó señalada la ruptura oficial con los enciclopedistas. En 1761 publicó la Novelle Héloise, en 1762 Le contract social, y en 1763 el Émile, cuyo cuarto libro contiene la famosa Profession de foi du vicaire savoyard. Pronto se hicieron sentir las consecuencias de su cisma con respecto a la philosophie. Tanto el Emilio como el Contrato fueron condenados por las autoridades civiles y eclesiásticas de París y de Ginebra. Más que la de París, le afectó especialmente la condena de Ginebra, de la cual se consideraba hijo ilustre y devoto. Después de esto abandonó Ginebra definitivamente y se trasladó a Motiers-Travers, en el territorio de Neuchatel, que dependía del rey de Prusia. Allí redactó algunos escritos polémicos, entre los que se cuentan Les lettres écrites de la montagne, en las que criticaba la actitud política y religiosa de Ginebra. La hostilidad local le hizo sentirse cada vez más inseguro en Motiers-Travers, y después de que su casa fuera apedreada en 1765 se marchó a la isla de Saint-Pierre, donde se sentía plenamente feliz; pero al negársele la autorización para residir allí, aceptó la invitación del  filósofo David Hume para instalarse en Inglaterra. Las relaciones con el filósofo inglés fueron breves y difíciles. Acosado por una manía persecutoria provocada por las condenas ginebrina y parisiense, abandonó muy pronto Inglaterra para volver a Francia, donde se dedicó a viajar para calmar su ansiedad. De regreso en París, se fue a vivir a un sórdido apartamento de la calle Platiére, donde acabo las Confessions y redacto los Dialogues o Rousseau juge de Jean-Jacques y los Réveries du promeneur solitaire. Entrego estos escritos, junto con el Essai sur l’origine des langues, a su amigo Paul Moultou  para que los imprimiera. Anciano y enfermo, Rousseau aceptó la invitación del marques de Girardin, en cuyo castillo paso los últimos meses, en un clima de relativa tranquilidad. Murió el 2 de julio de 1778, a causa de una insolación provocada por un paseo durante una tarde de verano.

Las principales obras de Rousseau son las siguientes:

1750 Discurso sobre las ciencias y las artes.

1752 El adivino de la aldea (ópera) y Narciso (obra teatral).

1753 Carta sobre la música francesa.

1755 Discurso sobre el origen de la desigualdad y Economía política (artículo de la Enciclopedia).

1756 Carta sobre la Providencia (respuesta al Poéme sur le desastre de Lisbonne, de Voltaire).

1758 Carta a D’Alembert sobre los espectáculos.

1761 La Nueva Eloísa.

1762 Redacción de cuatro cartas autobiográficas a Malesherbes (enero), Emilio, El Contrato Social y Carta a Cristóbal de Beaumont (respuesta a la prohibición del Emilio por el Arzobispo).

1764 Cartas escritas desde la montaña (respuesta a las Cartas escritas desde el campo, de J.R. Tronchini).

1765 Redacción del Proyecto de Constitución para Córcega.

1766 Redacción de la primera parte de las Confesiones.

1767 Diccionario de música.

1771-2 Redacción de las Consideraciones sobre el Gobierno de Polonia.

1772-6 Redacción de Diálogos: Rousseau, juez de Jean-Jacques.

1776-8 Redacción de Ensueños de un paseante solitario.

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