6) La religión y Tenochtitlan.

Los aztecas eran una civilización politeísta, tenían un dios para cada actividad y cada calpulli. Los dioses eran de carácter cambiante, asociados a colores y con posibilidad de multiplicarse. De todas estas divinidades, la más importante fue Hiutzilopochtli, el dios del sol y la guerra, concebido como un dios oscuro. También fueron importantes Tlaloc, dios de la lluvia, y Quetzalcoalt. Éste era un dios antiguo, anterior a los mexicas, del que hay diversas versiones. Para algunos era el dios creador del hombre, mientras que para otros fue un dios civilizador. El mito de Quetzalcoalt es muy interesante para entender la reacción de los aztecas ante la llegada de los conquistadores.

En Tenochtitlan, que corresponde a la ciudad actual de México, se construía un inmenso templo para los dos Dioses de la lluvia y a fin de rendir homenaje a los dioses. Así se volvió la sexta más grande parte del mundo en aquel tiempo. Las primeras construcciones de Teotihuacán fueron el templo del sol y de la luna en “la calle de los muertos”. El agua, la tierra y la vida marina se representan frecuentemente en esos templos donde solían ocurrir los sacrificios humanos y la de la guerra. Se destacaba una importante presencia de las serpientes y jaguares. En definitiva, se creó este centro religioso ya que se creían que los dioses se habían reunido allí para crear el sol. Era un sitio muy importante, por ejemplo, Moctezuma, el último jefe azteca, hizo 50 peregrinaciones allí.

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