‘Titanic’: la definición de amor

Titanic [Titanic]. James CAMERON. EE.UU.: 20th Century Fox, Paramount Pictures, Lightstorm Entertainment, 1997. España: 20th Century Fox

        Un hecho real y un gran director, James Cameron, han dado como fruto una de las películas más emocionantes de la historia del cine y con más seguidores alrededor del mundo. A pesar de ello, hay mucha gente que simplemente ve una típica historia de amor.

        Y es cierto, el argumento del film es una típica historia romántica protagonizada por Rose -Kate Winslet- y Jack -Leonardo Di Caprio- en un escenario algo peculiar, un gran barco, el Titanic. A pesar de ello, hay que aplaudir el punto de vista que nos ofrece el directo, y es el de la joven enamorada. Se trata de una historia dividida en dos partes: la de la historia de amor y la de después del hundimiento. En la primera parte encontramos a Rose, una mujer de alta clase casada, que por diversas circunstancias acaba conociendo a Jack, un joven de clase baja, el cual se interesa por ella desde el primer día. Tras una serie de aventuras de enamorados y tratando de no ser descubiertos por nadie, ambos acaban metidos en la tragedia que le acontece al barco una noche tras chocar contra un iceberg; es aquí donde comienza la segunda parte, donde encontramos la devastación y las consecuencias de tal hecho, un hecho real. A pesar de abarcar en esta parte una visión más general de la catástrofe, no se pierde de vista la historia de los enamorados, acabando en tragedia.

         Así vemos, como durante toda la película se entrelazan perfectamente las aventuras, la acción, el amor, el desastre y la tragedia, todo ello implícito a su vez en una perfecta narración de la sociedad de las primeras décadas del s. XX y del hecho sucedido, concretamente en 1912.

         De esta forma tan “romántica” descubrimos la cantidad de grandes desigualdades entre las diferentes escalas sociales -los grandes lujos y excesos de las clases altas y las pobres y mediocres condiciones que rodean a los de clase baja-. Además, también observamos los nuevos avances técnicos y tecnológicos de la época, encontrando entre ellos otro de los principales protagonistas del film, el gran barco Titanic.

         Pero a parte de todo ello, encontramos una perfecta evolución y ritmo cinematográfico debido a un montaje de calidad, es decir, observamos una magnífica producción de la película gracias a la calidad de cada detalle, cada escena, los grandes efectos y la banda sonora. En definitiva, por mucho que algunos quieran desprestigiarla, los 11 Oscar que ganó en la 70ª edición de 1998 son prueba de que la calidad en el cine se premia, aunque a veces, los fenómenos sociales pueden perjudicar. 

                                             Un amor titánico

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