La vida cotidiana de las mujeres en la Espana del siglo XVI

Como el tema La vida cotidiana del siglo XVI es un poco amplio, quiero disminuir el estudio del tema de momento. O sea, al principio voy a fijar el trabajo en un tema más concreto: La vida cotidiana de las mujeres en la España del siglo XVI. Si me da tiempo, voy a hablar de la de no mujeres también, pero eso depende.

Con este nuevo tema, he encontrado en la biblioteca de UA un libro muy útil —- La vida de las mujeres en los siglos XVI y XVII, de Mariló Vigil, con el cual espero poder trabajar mejor en este tema.

Según el libro, los moralistas del siglo XVI escribían preferentemente para mujeres urbanas de clases  medias y altas. Luego las normas de comportamientos de estas mujeres eran imitadas por las mujeres de los bajos estamentos. Pero los estilos de vida y las relaciones de subordinación y dependencia a las que estaban sometidas unas y otras eran muy distintos. Con todo, se dividía a las mujeres — particularmente a las de entonces — en solteras, casadas, viudas y monjas es más significativo que dividirlas en esposas o hijas de nobles, letrados, comerciantes, soldados, campesinos, etc. Porque las relaciones de poder a las que sometidas todas las mujeres se derivan, primariamente, de sus posiciones en la familia. Ser prisineras de lo doméstico es lo que agrupa a todas ellas. Por eso, voy a tratar el tema repetando este criterio de estratificación.

La Princesa de Éboli y la gorguera

Por fin encontré un personaje del que puedo hablar un poco. Es Ana de Mendoza de la Cerda,  princesa de Éboli en el siglo XVI.

Sobre este personaje histórico hay una miniserie de dos episodios llamada precisamente La Princesa de Éboli, en la cual la actriz Belén Rueda interpreta el papel de Ana de Mendoza de la Cerda. Si te fijas un rato en las dos fotos, te darás cuenta de que Belén Rueda lleva el parche en el ojo izquierdo en lugar de en el derecho. La directora dice que es porque hay una escena en la cual la princesa esgrime la espada y Belén mira mejor con el ojo derecho.

Ana de Mendoza de la Cerda nació en una familia noble: Los Mendozas, una de la s familias castellanas más poderosas de esa época.  Se casó con el príncipe de Éboli cuando tenía doce años. Era una doña hermosa aunque tenía el ojo derecho perdido debido a un accidente durante su adolescencia. Este accidente no le influyó mucho. Al contrario, intentaba adornarse en el ojo. Fue una mujer muy adelantada a su época.

No sé si os dais cuenta de que los personajes en los retratos del siglo XVI siempre llevan una pieza en el cuello, como la que aparece en el retrato arriba de Ana de Mendoza. Se llama gorguera.

Durante el siglo XV y hasta el XVI cuando se extendía el Renacimiento, la moda cambió completamente y la gorguera hizo furor en esa época. Al principio, el uso de las gorgueras sólo se reducieron a las mujeres. Luego surgieron distintas variaciones y su uso se extendió a los caballeros, pasándose a llamar lechuguilla. A la izquierda está el retrato de Felipe II, con la lechuguilla esa.

Por el Internet sólo se puede encontrar que la gente de esa época usaba las gorguera o las lechuguillas como adorno. Pero en la clase de historia moderna, el profesor nos dijo que las usaban por otro motivo —- por los bichos del cabello. Dice que en esa época no se duchaba con frecuencia y se crecían los bichos en el pelo cuando se hacía sucio. Entonces para que no se cayeran los bichos, ponían esa pieza en el cuello. No sé si es verdad o no pero me parece increíble y tengo unas dudas. Cuando comían, ¿los bichos iban a saltar encima de las gorgueras? Siempre veían los bichos debajo de la boca, ¿no se sentían incómodos?

¿Y tú, lo crees?