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En el mes de agosto, los campeonatos del mundo de ajedrez comenzaban con la quinta partida entre Karpov y Korchnoi en tablas, desarrollada durante doce horas en Baguio, capital de verano de las Filipinas. El campeonato se presenta largo y emocionante, ya que los contrincantes han de computar seis partidas ganadas para obtener el título y la prensa del momento espera que los campeonatos se desarrollasen hasta finales de septiembre.
Al día siguiente, 2 de agosto, la séptima partida fue interrumpida en el movimiento 42. Víctor Korchnoi protestó contra el árbitro por la presencia en una de las plateas del parapsicólogo soviético Vladimir Zukhar, que según Korchnoi es una es un notorio practicante del hipnotismo. Éste aseguró que “está actuando para perturbarle en su concentración mental”.
El día posterior se reanudaba la séptima partida, con la jugada secreta dejaba bajo sobre por Korchnoi, con un jaque al situar la dama en el casillero 8 torre rey, provocando tablas por parte de Karpov. Los expertos determinaron que la jugada era mucho más complicada de lo que parecía y peligrosa, aunque colocaba las negras, llevadas por Karpov de jaque perpetuo, a menos de no entregar el peón lo que le hubiese hecho perder toda la ventaja que tenía en el tablero. Dos días después del incidente con el parapsicólogo, Karpov ganó su primera partida de seis.
Los campeonatos del mundo de ajedrez comenzaron a tomar un talante frívolo tras esta victoria, la prensa hablaba más de las insistentes quejas de Korchnoi por la presencia de Vladimir Zukhar y las desafortunadas palabras de Karpov que iba a centrarse a jugar, dejando la educación de lado (refiriéndose a evitar un apretón de manos que en la octava partida le dio suerte), más que en el juego de ajedrez en sí. Esta victoria se usó como fines políticos incluso, ya que Víctor Korchnoi era un inmigrante ruso que escogió la libertad, lo que significa teóricamente por lo menos, que era una persona “no existente” en la Unión Soviética.
Tras tres partidas en tablas, el 11 de agosto, Korchnoi recibió su primera victoria en los Campeonatos de ajedrez. Korchnoi, que conducía las blancas, modificó su sistema de apertura, abriendo el juego con el “fianchetto” al rey, que rápidamente se transformó en una defensa siciliana con la variante cerrada. Sus declaraciones fueron tajantes: “no hay razón para hacer una fiesta”, rechazando el caviar y el champagne que se le ofrecía por la victoria.
La duodécima partida fue aplazada e interrumpida al día siguiente, que finalmente acabó en tablas y en donde Korchnoi mostraba agotamiento mental y se negó a hablar con su contrincante o a darle la mano. Lo mismos sucedió con la decimotercera y decimocuarta. Lo que se resolvió en favor de Karpov que se anotó dos victorias consecutivas.
La situación volvió a ser de tablas en decimoquinta partida, cabe destacar la reclamación de Korchnoi en voz alta y con enérgicos gestos de los brazos, poco después del inicio del juego, debido al continuo balanceo de su contrincante, que según él, le impedía concentrarse en el juego. La prensa se mofará y jactará de Korchnoi apodándolo de “protestón”.
La decimosexto partida acabó, para variar, en tablas. Volviendo a obtener victoria Karpov en la decimoséptima, sumando ya cuatro triunfos de seis. De nuevo, la presencia del parapsicólogo del equipo de Karpov provocó la ira de su contrincante y su ya típica retahíla de protestas. A punto de acabar el mes y tras aplazar la decimoctava partida, Korchnoi se desplazaría a Manila para dar una conferencia de prensa, donde denunció la falta de neutralidad de la comisión organizativa de los Campeonatos del mundo de ajedrez. Unos campeonatos del mundo poco anodinos.