Respecto al origen de las reglas morales

Adam Smith defendía que cuando vemos que un acto es reprobado rechazamos todos aquellos que son parecidos e intentamos evitarlos nosotros mismos, pues el hombre sufre cuando se siente rechazado. De esta forma, Smith dice que las reglas de la moralidad se forman al generalizar aquellos casos particulares en los que se aprueban o desaprueban determinadas conductas, de forma tal que no se trata de que aprobemos o condenemos un acto porque sea contrario a la regla general, sino que es la regla la que se forma a partir de actos concretos que rechazamos o aceptamos. De esta forma, la experiencia constituye el origen de las reglas morales. De esta forma, además, sólo existen reglas morales dentro de la sociedad, pues una persona que viva aislada no sería consciente de la bondad o maldad de sus acciones, pues le faltaría el modelo necesario para emitir un juicio.