Pedro de Ibarra fue un arquitecto renacentista. Nació en Alcántara (Cáceres) en el siglo XVI. El es la figura clave del Renacimiento extremeño y uno de los arquitectos importantes españoles del siglo XVI.
Fue discípulo de Juan de Herrera y colaboró con él en la construcción del monasterio de San Lorenzo del Escorial. Su trabajo se realizó a lo largo del reinado de Felipe II.
Vivió la transición de la arquitectura gótica a la renacentista. Sus obras definen como características de su estilo el sentido de la proporción, la grandeza de las dimensiones y la austeridad en la decoración, lo que sirve para definirlo como plenamente renacentista.
En 1540 don Diego le encargó la capilla mayor del convento franciscano de Garrovillas de Alcónetar (Cáceres). Como maestro mayor de obras de la Orden Militar de Alcántara, participó en la construcción de su sede, el Convento de San Benito de Alcántara.
Hacia 1550 fue contratado como Maestro Mayor de obras de la diócesis de Coria, y así, participó durante unos treinta años en la mayoría de las obras realizadas durante la segunda mitad del siglo XVI en las iglesias, conventos y ermitas de la diócesis.
Construyó la Puerta del Perdónde la catedral de Coria y en la Concatedral de Santa María de Cáceres dirigió la construcción de la torre. Su obra cumbre, puede considerarse la iglesia de Santa María la Mayor, de Brozas, construida íntegramente en piedra sillar.
En Logrosán construyó la Iglesia Mayor de San Mateo, una joya del gótico rural por la altura de sus bóvedas rematadas con nervadura. Los exteriores rematan en una cornisa con las características bolas del Gótico isabelino.
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