La catedral de Oviedo, capital de la comunidad autónoma asturiana, es uno de los más conocidos y famosos ejemplos de arquitectura gótica de España. Sin embargo, su fama no procede tanto de su condición catedralicia o sus dimensiones, que no son extraordinarias. La fama de la catedral ovetense responde, sobre todo, a su aparición, casi como si de un protagonista se tratase, en la fantástica novela La Regenta, de Leopoldo Alas, apodado Clarín.
…en el retablo de la Capilla mayor han admirado y gustado con delicia los arranques geniales, sí, geniales puedo decir, del cincel de un Grijalte…
La capilla mayor de la catedral de Oviedo alberga un retablo de grandes dimensiones realizado en el siglo XVI, en estilo gótico hispano-flamenco. Lo realizó Giralte de Bruselas en colaboración con artistas como Juan de Balmaseda, y fue policromado por León Picardo años después de su ejecución.
Todo el retablo gira en torno a la figura de Cristo, a su infancia, vida pública y pasión y muerte. No obstante, en el encasamento central, aparece representada la Asunción de la Virgen, un tema de profunda devoción en la España del momento.
Sería largo, extenso y tedioso realizar un estudio detenido de la iconografía y el estilo de este retablo, y además, ya lo encontramos aquí. En esta caso, nosotros destacaremos que, siendo un retablo evidentemente hispano-flamenco, Giralte de Bruselas introdujo una organización espacial del retablo que lo acerca a algunos postulados renacentistas, pues los encasamentos aparecen alineados y el remate es recto y no escalonado. Además, la lectura de las escenas del retablo es mucho más ordenada que en los ejemplos goticistas, donde el orden es aparentemente inexistente.
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