La guerra de Marruecos fue en general mal vista y provocó importantes conflictos en la sociedad española del momento. Era del dominio público la pobreza del Rif y muchos no comprendían la pertinencia de una guerra tan sangrienta y onerosa sólo por una cuestión de principios. Por otro lado, las tropas eran de reemplazo, es decir, reclutadas obligatoriamente. Sin embargo, los jóvenes pudientes podían en general librarse del servicio militar pagando a alguien para que fuera en su lugar. Esto reforzaba la idea, cierta al fin y al cabo, de que eran los “hijos de los pobres” los enviados a morir a Marruecos. El desastre de Annual tuvo también importantes consecuencias.
El ministro de la Guerra ordenó la creación de una comisión de investigación, dirigida por el general laureado Juan Picasso, que elaboró el informe conocido como Expediente Picasso, en el que, si bien se señalaban múltiples errores militares, debido a la acción obstructiva de algunos ministros y jueces no se llegó al fondo de las responsabilidades políticas e incluso del propio rey, que según algunos había animado la penetración irresponsable del general Silvestre hasta puntos alejados de Melilla sin contar con una defensa adecuada en la retaguardia. Antes de que el informe Picasso se debatiera en las Cortes, el General Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923 iniciándose una dictadura. No obstante, esta crisis fue una más de las muchas que socavaron los cimientos de la monarquía de Alfonso XIII y que a la vuelta de una década habría de provocar su caída. Esta guerra dejó un profundo recuerdo tanto en España como en Marruecos. Tras la independencia de Marruecos en 1956 todavía tuvo lugar una una revuelta rifeña contra el sultán, secuela del anterior conflicto armado.
Deja un comentario