“En la isla Española, que fue la primera, como decimos, donde entraron cristianos y comenzaron los estragos y perdiciones destas gentes…” . Así comenzaba definiendo Bartolomé de Las Casas a aquella primera tierra firme en la que desembarcó Cristóbal Colón el 5 de diciembre de 1492.
Lo que hoy conocemos como el país del béisbol y la bachata (República Dominicana) y, al otro lado, como el país más pobre de toda América (Haití), a finales del siglo XV era un lugar poblado por cinco reinos, gobernados por cinco caciques de etnia taína, etnia que sufrió las consecuencias de la conquista: según Las Casas en el año 1508 quedaban unos 60.000 taínos en la isla de La Española; en torno a 1531 la explotación y las enfermedades habían reducido el número a 600.
“Débese notar otra regla en esto: que en todas las partes de las Indias donde han ido y pasado cristianos, siempre hicieron en los indios todas la crueldades susodichas y matanzas y tiranías y opresiones abominables en aquellas inocentes gentes”