Fraile dominico, cronista, teólogo, obispo de Chiapas (México), filosofo, jurista y apologista de los indios, Bartolomé de Las Casas nació en Sevilla el 24 de agosto de 1484. Hijo de Isabel de Sosa y don Pedro de Las Casas, mercader de profesión que participó en el segundo viaje de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo, estudió durante su juventud latín en la ciudad de Salamanca.
En 1502, en compañía de su padre y su tío, Francisco de Peñalosa, se embarcó para la isla La Española en la flota del nuevo gobernador Nicolás de Ovando. En esos momentos, y aunque se ha venido sosteniendo lo contrario, parece ser que Bartolomé todavía no era clérigo y sus intereses eran más económicos que religiosos. De esta manera, actuaba como un colono más: fue minero y encomendero, además de colaborar en las guerras de Jaraguá y del Higüey.
En 1507 regresó al Viejo Mundo y fue en Roma donde recibió las órdenes sacerdotales. Un año después regresó de nuevo a La Española y participó en varias expediciones contra los indígenas. Sin embargo, en 1514, influido por la prédica indigenista del fraile Antonio de montesinos, renunció a sus encomiendas para convertirse en un acérrimo defensor de los nativos que estaban siendo exterminados cruelmente por los conquistadores. Estaba convencido de que debía “procurar el remedio de estas gentes divinalmente ordenado”, de tal manera que se sentía predestinado para ello.
Primero ante el rey Frenando “El Católico” y después ante Carlos I, Bartolomé de las Casas criticó duramente los crueles métodos de explotación que padecían los indios. Como consecuencia el 20 de noviembre de 1542 se promulgaron las conocidas como Leyes Nuevas, en las que se prohibía la esclavitud de los indios y se ordenaba además que todos quedaran libres de los encomenderos y fueran puestos bajo la protección directa de la Corona.
En 1543 fue nombrado Obispo de Chiapas, cargo que ejerció hasta 1547, año en el que regresó a España dónde siguió defendiendo a los indios hasta su muerte en 1566.
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