Cartel publicitario de Cáritas pidiendo ayudas y alimentos para gente sin recursos económicos. Este cartel estaba colocado en la fachada de un Mercadona y a la salida de este, una mesa improvisada con alimentos que la gente depositaba voluntariamente y que luego voluntarios trabajadores reparten por toda la ciudad a personas que apenas puede comer una migaja de pan al dia que de suerte algún obeso con los pantalones caídos mostrando al publico su gran cañón oscuro del tamaño de un fiordo noruego, sacuda de sus barbas, mientras contempla como si de un niño a una piruleta se tratara, el trozo de pizza que aquel pozo jadeante engulle sin siquiera saborear ni uno de los ingrediente por los que el mendigo trabajaría días sin descanso solo por el placer de oler uno de ellos.