Volando voy, volando vengo
A las 12:20 salía nuestro vuelo desde Alicante, con destino London Luton, ayer Jueves. No diré nombres, pero no a todos los que hemos emprendido este viaje nos gusta volar, pero la verdad es que han sido muy valientes y la cosa ha marchado bien. Cabe destacar que tanto el piloto como “la azafata del micro” han hablado sólo en un inglés megafónico indescifrable que nos ha hundido un poco en la miseria para empezar, ya que si llegan a decir que abandonáramos el avión que se iba a estrellar, nos habríamos quedado todos dentro. Pero después en persona a estos ingleses se les entiende mucho mejor.
Nos estrellamos
No, no nos estrellamos, pero lo pensábamos. En este país todo es al revés (bueno, al menos se camina con los pies), y la carretera no iba a ser menos. Cuesta acostumbrarse a que los vehículos vayan por la izquierda, y muchas veces pensamos que un coche no tiene conductor, hasta que nos fijamos mejor. Bueno, pues así desde Luton hasta Cambridge.
Una hora de caos.
Hello, I’m looking for my room
Here is your key. Tras llegar a la Anglia Ruskin University, donde se celebra la Brains Eden, y recorrernos el campus de cabo a rabo, una amable mujer nos ha dado la tarjeta y las llaves de nuestras habitaciones. Es interesante el hecho de que a diferencia de la UA y de muchos otros campus de España, aquí los edificios están conectados entre ellos, formando entre todos un gran complejo. Imaginaos cómo debe rascar el invierno aquí…
Nuestras habitaciones están al final de un pasillo del segundo piso de la Peter Taylor House. Este pasillo termina en la estancia 255, en la cual se encuentra una cocina desierta. Irónicamente, en el momento en el que escribo esto, en la 255 se está montando un escándalo terrible en doscientos idiomas. A modo de hotel, sobre nuestras camas nos hemos encontrado una bolsita con jabones y una toalla, lo cual nos llevó a pensar si una señora nos levantaría a las siete de la mañana para limpiarnos la cueva.
Pero ha habido suerte.
Ahora nosotros somos los guiris
Llegados a la hora de la siesta-cena-nolosé nos ha dado tiempo a explorar Cambridge. Y es que esta bella ciudad anglosajona se nos ha presentado en todo su esplendor, con un tiempo inigualable y mucha vida en las calles. Zonas muy verdes y edificios antiquísimos nos han narrado piedra por piedra parte de la historia de Cambridge, y un río lleno de barcas (y hasta casas-barca) ha conseguido que nos sintamos como en una Venecia gris y no menos hermosa.
Eso sí, todo muuuuuuuuuy caro. El nivel de vida (y nuestra “queridísima” libra esterlina) nos han explicado que aquí hay que mirar muy bien los precios. Sin embargo, no hemos podido evitar sentirnos conquistados por los puestos de cookies y otras delicias locales. Y… bueno… por las burguers también, para qué negarlo.
Llegando a la universidad de nuevo caída ya la noche, nos preparábamos para la que nos iba a caer al día siguiente. Por cierto, tarda un poco más en hacerse de noche, pero eso no significa que la gente se acueste más tarde. Ni mucho menos.
Edén de cerebros
Buenos días, Cambridge. Hoy eres la protagonista del mundo del videojuego amateur. Estudiantes de distintas universidades de Europa (pero sobretodo de Inglaterra) vienen a ti para competir en una Gamejam que estrujará sesos hasta dar con la victoria. Y aquí entra Vortex, que sospechosamente y siendo española llega un día antes que todos los demás. Amanecido un nuevo día, la Anglia Ruskin University se llena de acreditaciones y camisetas de la Brains Eden 2015 Gaming Festival y todo se pone en marcha. Tras echar un último vistazo a la libertad de Cambridge, Vortex vuelve a las instalaciones para acreditarse y prepararse para lo que le espera.
Sinceramente, nos hemos sorprendido website. Hay muchos grupos ingleses, y aún estamos tratando de descubrir qué grupos no lo son. La verdad es que de momento es un misterio, porque no estamos muy por la labor de empezar a pedirle los pasaportes a nuestros contrincantes. En cualquier caso, nuestro objetivo no cambia: ganar. Tras acreditarnos, nos desdoblamos para acudir a un par de charlas, una de artes y otra de desarrolladores. Después, nos dan de comer y asistimos a una charla de bienvenida, tras la cual nos presentan el tema del concurso:
“DISPLACEMENT”
Manos a la obra
Nos dirigen a una habitación donde tendremos que trabajar en nuestra propuesta para el concurso. Todos los grupos son de 5, pero nosotros más chulos que un 8 somos… 8. Y es que somos 5 concursantes y 3 tutores, con lo que nos toca juntar dos mesas ante las miradas acusadoras de nuestros rivales. Rápidamente, ideamos un juego que conjuntase bien con el tema del concurso. La idea es la siguiente:
El jugador maneja a un villano que huye de los malvados superhéroes por toda la ciudad. Estos le van disparando balas, entre otras cosas, y el jugador les responde disparando también, así como colocando drones que a su vez disparan y que se compran con la energía que sueltan los enemigos. Estos se quedan estáticos a modo de “Tower Defense”, y defienden al jugador hasta que son derrotados.
El juego mezcla los gráficos 2D y los 3D, siendo los personajes y las balas 2D, los edificios de la ciudad 3D, y el fondo del todo 2D de nuevo. A la izquierda está el villano huyendo, a la derecha los superhéroes van apareciendo y reapareciendo y en el centro están los drones y el infierno de balas.
Teniendo las ideas más o menos claras, hemos empezado con el “fregao”. Ha habido algunos problemas con los drivers y la tablet que nos han dejado, pero aunque nos han quitado algunas horas de concurso hemos conseguido solventarlos o apañarnos. También hemos empezado los gráficos 2D, que serán con PixelArt, y que creemos prometen bastante.
Deja un comentario