Entrevista Pedro Payá, Premios Solveig 2024

1.er  premio en la categoría B. Mejor capítulo de libro publicado en un libro colectivo, de la convocatoria Premios Solveig 2024

Cuéntanos tu trayectoria académica y profesional

Me licencié en Historia por la Universidad de Alicante, en la que también obtuve el grado de doctor, tras sendas estancias de investigación en el Departamento de Historia y Civilización del European University Institute de Florencia.

¿Cómo llegas a la Universidad de Alicante y cuál es tu trayectoria en la institución?

Tras mis años de licenciatura, el Ministerio de Ciencia y Tecnología me concedió una beca FPU que supuso mi entrada en esta Universidad como personal investigador. Tras estos cuatro años entré en la carrera docente como ayudante, profesor colaborador, contratado doctor y recientemente profesor titular, siempre en el Departamento de Humanidades contemporáneas. En el apartado de gestión, dirijo la Seu Universitaria de Petrer desde 2016.

¿Qué temas aborda el trabajo con el que ganaste el premio Solveig?

El capítulo responde a una prioridad temática en la historiografía actual sobre la historia social de la guerra y, más concretamente, de las guerras civiles: la de redefinir los periodos de posguerra a los que dan lugar y las fronteras entre una y otra, con relación a la continuación de las violencias y las dificultades para la construcción de la paz tomando como referencia el caso español en perspectiva comparada. En concreto, se ocupa del estudio de uno de los instrumentos clave de la violencia y depuración en las posguerras, como es el de la “justicia de los vencedores” como instrumento específico -entre otros tipos de violencia- de persecución, depuración y control del enemigo. En la comparación con otras experiencias europeas desde ese sustrato común que es la “justicia de los vencedores”, el caso español presenta especificidades que tienen que ver con la propia naturaleza de la guerra, la forma de concluirla, los marcos políticos normativos y las instituciones que gestionan la violencia; es decir, con el tipo de régimen resultado de la victoria y que llevó a cabo la reconstrucción nacional. Así, la naturaleza, objetivos, formas y cifras de la violencia ejercida en España por el Estado surgido de la victoria sobre los vencidos a través de los ilegítimos tribunales militares no tuvo parangón con la rendición de cuentas que los países de su entorno europeo llevaron a cabo tras la posguerra de 1945 a través de una administración de justicia de carácter extraordinario con la que el Estado democrático construyó su legitimidad a la vez que recuperó el monopolio de la violencia.

Quizás lo más gráfico para un espacio tan breve como el que disponemos aquí sea el dato de las cifras. Si comparamos lo ocurrido en España con otras experiencias como la italiana, donde se vivió una guerra civil entre 1943 y 1945 o Francia, donde se dio el conflicto entre colaboracionismo y resistencia observamos que mientras en España se ejecutó tras la guerra civil a entre 28.000-29.000 personas, en Francia fueron entre 767-791, mientras que en Italia se redujeron a 91. En tantos porcentuales esto significa que en Italia se ejecutó a 0,4 por cada 100.000 habitantes, en Francia a 1,9 y es España a 209,9.

Por lo tanto, podemos concluir, la violencia aplicada por el Estado de la Victoria a través de sus ilegítimos tribunales militares para eliminar a los enemigos vencidos fue una anormalidad en el conjunto de las medidas represivas que siguieron al final del conflicto mundial en Europa occidental.

¿Cuál es tu opinión sobre la organización y la celebración de estos premios?

Muy positiva, no solo por recuperar para la memoria pública el nombre de una investigadora tenaz y comprometida como Solveig Nordström y por la excelente organización, por la que quiero felicitar públicamente al equipo organizador de la Cátedra Justicia y Paz de la UA. Iniciativas como esta ayudan a dar valor a un tipo de investigaciones que requieren de un firme compromiso social y convencimiento de que el conocimiento puede contribuir al cumplimento de los ODS. Los reconocimientos a la investigación escasean, y siempre es reconfortante comprobar que el campo de las Ciencias Sociales y las Humanidades se valora de esta manera, máxime cuando se trata de aportar nuestro granito de arena a la consecución de los ODS y, por lo tanto, de una sociedad más justa, igualitaria y responsable con su entorno.

¿Cuál es la relación de tu artículo con el ODS 16?

A la hora de promover sociedades pacíficas e inclusivas, facilitar el acceso a la justicia para toda la población y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas como pretende el Objetivo 16, es importante investigar y dar a conocer (para poder prevenirlos) procesos y experiencias que han dificultado la consecución de estos objetivos en el pasado, como consecuencia de conflictos violentos como las guerras -y las guerras civiles en particular- y la instauración de regímenes autoritarios que se distinguen por la violación sistemática de los derechos humanos. Precisamente, la actuación de la justicia militar en el caso de la posguerra civil española, objeto de estudio de este capítulo, es ejemplo de las consecuencias que para la desigualdad judicial tiene la instauración de los regímenes autoritarios, cuyas instituciones, corruptas, arbitrarias y al servicio del poder, se distinguen como instrumentos quirúrgicos de desigualdad y exclusión en la reconfiguración del cuerpo social y político por medio de la violencia. Esta violencia institucional, masiva y sistemática, difumina de hecho las fronteras entre guerra y posguerra de forma que tampoco puede hablarse de un estado de paz tras el final oficial de las hostilidades.

Además, la falta de acceso a la justicia, que en el caso español se ha prolongado hasta el siglo XXI implica que los conflictos quedan sin resolver y que las personas no pueden obtener ni protección ni reparación. Por lo tanto, el contenido del capítulo presenta una clara afinidad con el Objetivo 16, por su vinculación con las metas 16.1 y 16.2, en el objetivo de reducir todas las formas de violencia, maltrato y explotación, y con las metas 16.3, 16.5, 16.6 en el objetivo de promover el Estado de derecho, la importancia de la igualdad ante la justicia y la denuncia de instituciones corruptas, propensas a la arbitrariedad y el abuso de poder, ineficaces en su papel de servicio público y reacias a rendir cuentas a una sociedad a la que, por el contrario, vigilan y persiguen.

¿En qué temas has estado trabajando estos años antes de este capítulo?

Mi trayectoria ha estado vinculada siempre al estudio de la represión y la violencia política, la memoria, la historia cultural, la historia local y las relaciones internacionales en el siglo XX. Concretamente, mis últimos trabajos se han centrado en el estudio de la guerra civil y la dictadura franquista, además de aproximaciones a la construcción de la memoria de Auschwitz y su papel en la identidad europea. Por citarte como ejemplo de trabajos recientes, y sin ánimo de exhaustividad, en 2022 publiqué dos artículos que son reflejo de la trayectoria que te comentaba anteriormente, pues uno de ellos tiene como universo de análisis la historia local y el otro las relaciones internacionales, para preguntarme en ambos casos por distintas formas de violencia sobre los civiles, como son la violencia política y los crímenes de guerra. En el primero “Convencer es vencer: los bombardeos aéreos sobre poblaciones civiles en 1938 y la ofensiva diplomática republicana sobre Francia y Gran Bretaña”, abordo el papel que jugaron los bombardeos aéreos de ciudades abiertas en la estrategia diplomática que la Segunda República Española desplegó sobre Francia y Gran Bretaña para intentar cambiar la política de No Intervención a lo largo de 1938. Un ejemplo más de la importancia decisiva que la internacionalización de la guerra civil tuvo en su resultado final y de la soledad a la que se vio reducida la República por la inacción de las democracias, también en un tema tan sensible para la opinión pública internacional de la época (y desgraciadamente para la sociedad actual) como los ataques sobre poblaciones civiles.

En el segundo “Del alambre de púas a la libertad vigilada: ocupación, castigo y exclusión del vencido en la posguerra alicantina”, profundizo en las lógicas, formas, agentes y tempos de la violencia desplegada por la dictadura franquista en el tránsito de dos escenarios vinculados entre sí: el de una guerra civil y el de una posguerra que mantuvo vigente el estado de guerra hasta finales de la década de los cuarenta. A partir de ahí, el artículo aborda la violencia institucional y las dinámicas de exclusión de los vencidos utilizando como universo de análisis la provincia de Alicante, donde problematiza la implementación de la ocupación, prestando atención a la interacción entre el despliegue militar, policial y judicial y sus colaboradores locales.

¿En qué estás trabajando actualmente?

Ahora mismo trabajo en un proyecto I+D+I subvencionado por el Ministerio de Universidades como miembro de un equipo de historiadores e historiadoras de varias universidades españolas sobre perpetradores en el marco de la dictadura franquista, bajo la dirección de Javier Rodrigo desde la Universitat Autonoma de Barcelona. En concreto, me encargo del estudio de los miembros de la Auditoría de Guerra y su actuación en la provincia de Alicante durante la inmediata posguerra. Se trata, en última instancia, de estudiar el personal judicial que actuó tras la victoria, cuando más que de una “justicia de los vencedores” se produjo esa “ofensiva de los tribunales” de la que he hablado en este capítulo. El análisis no solo se ocupa de sus trayectorias previas, tratando de dibujar un perfil de perpetrador, sino en la que tuvieron en los años posteriores para comprobar hasta dónde el Estado surgido de la victoria recompensó sus servicios.

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