Astronomía.

ASTRONOMÍA EN EL RENACIMIENTO

Si hablamos de la ciencia en el Renacimiento, no podemos olvidarnos de uno de los campos donde se produjeron algunos de los mayores avances del conocimiento: la astronomía.

Precisamente, uno de los motivos por los que varios grandes científicos renacentistas se vuelcan en este campo es porque los autores clásicos, sobre todo los griegos, habían elaborado numerosos escritos y trabajos sobre la materia. En el Renacimiento, como consecuencia de esa profunda revisión de los autores clásicos que se produce, se recuperan diversas teorías que son reformuladas o son puestas a prueba.

Hasta ese momento, predominaba la versión que el cristianismo había adoptado como oficial en lo referente a la concepción del cosmos, que no era otra que la versión geocéntrica o ptolemaica, elaborada por Ptolomeo y difundida por Aristóteles.

De un modo muy breve, podríamos resumir esta teoría de la siguiente forma: la Tierra estaría formada por cuatro elementos (aire, fuego, agua y tierra) y sería un cuerpo imperfecto y a su alrededor orbitarían cuerpos perfectos formados por la “quinta esencia” tras los cuales estaría el Cielo u hogar de Dios. Estos cuerpos serían diez en 1500 (la Luna, el Sol y los planetas conocidos hasta el momento).

Sin embargo, numerosos astrónomos profesionales comenzaron a poner en duda esta teoría. Algunos de estos autores fueron:

NICOLÁS COPÉRNICO:

Nacido en 1473 en Torun, hijo de un comerciante aunque criado desde temprana edad por su tío Lucas Waczenrode. Recibió educación desde su juventud, destacando sus estudios en astronomía, matemáticas, medicina y derecho canónico.

La mayor parte de su vida adulta la dedicó a ejercer como canónico de la Iglesia católica. Esto llevó a que ocultase la mayor parte de sus descubrimientos asustado de la agitación que podría levantar. Sin embargo, cercana su muerte, se publicó su obra más importante: De revolutionibus. Falleció en 1543.

Su aportación más importante en el campo de la astronomía fue cuestionar la teoría geocéntrica y proponer una teoría heliocéntrica que, si bien no era correcta completamente, si se asemejaba a la teoría actual. Sin embargo, tenía errores que tuvieron que ser corregidos por autores posteriores, siendo posiblemente el más destacado el hecho de que seguía manteniendo la creencia de que las órbitas descritas por los planetas y satélites era circular, en vez de elíptica, lo que evidentemente provocaba errores de cálculo.

TYCHO BRAHE:

Nacido en Dinamarca en 1546, estudió en la Universidad de Copenhague y desde joven se interesó por la astronomía. Su mayor logro fue la construcción del primer gran observatorio con instrumentos de gran precisión.

Dedicó gran parte de su vida a la observación de la galaxia y a la realización de cálculos que tras su muerte, en 1601 legó a Kepler. Kepler los utilizó para deducir sus leyes del movimiento planetario.

 

JOHANNES KEPLER:

Nació en Alemania en 1571 y tuvo una dura infancia. Estudió en la Universidad de Tubinga teología protestante. Sin embargo, en la Universidad comenzó a defender la postura heliocentrista de Copérnico.

En el campo de la astronomía centró sus estudios en los movimientos planetarios, gracias a sus investigaciones y a los cálculos que le legó Tycho Brahe. De su obra, destacan las leyes de Kepler, que de forma muy breve podemos resumir así.

. Primera ley: “La orbita que describe cada planeta es una elipse con el Sol en uno de sus focos”. De estaforma dejaba atrás la visión circular de las órbitas planetarias propuestas con anterioridad incluso por Copérnico.

.Segunda ley: “Cada planeta se mueve de tal manera que el radio vector (recta que une el centro del Sol con el planeta) barre area iguales en tiempos iguales”.

.Tercera ley: “El cuadrado de los períodos de revolución de dos planetas es proporcional a los cubos de sus distancias medias al Sol.”

GALILEO GALILEI:

Galileo Galilei nació en 1574 en Pisa, Italia. Tras ingresar como novicio en un monasterio durante su infancia, gracias a su padre comenzó los estudios en medicina en la Universidad. Sin embargo, tras adquirir un gran gusto por las matemáticas y la astronomía, dejó la Universidad sin obtener ningún título.

A diferencia de Copérnico, Galileo sí pudo observar el firmamento directamente a través de su telescopio, lo que le llevó a perfeccionar la teoría heliocentrista así como a realizar otros descubrimientos.

Entre sus descubrimientos, están por ejemplo que el Sol gira sobre si mismo, que la luna no es una superficie lisa sino que tiene un relieve abrupto o cuatro lunas de Júpiter.