Piden 14 años de prisión para un hombre que abusó de una discapacitada
En su declaración, el acusado reconoció que mantuvo relaciones con la víctima a escondidas de sus familias, aunque negó que éstas se hubieran producido sin su consentimiento. El procesado manifestó que no tenía conocimiento de que la mujer, de 42 años, tuviera un retraso mental. “A mí me parecía absolutamente normal”, apuntó.
José Miguel R.G se remitió en repetidas ocasiones a la declaración que prestó en dependencias judiciales, en las que admitió que mantenía encuentros clandestinos con la víctima. El procesado se mostró con semblante tranquilo a lo largo de la vista. Ni siquiera los sollozos de María Jesús, la agredida, lograron cambiar su gesto.
La mujer entró en la sala y tardó unos minutos en contestar a las preguntas del tribunal. Durante su relato, que se vio interrumpido varias veces por su llanto, contó que el procesado la obligaba a mantener encuentros sexuales de tipo masoquista. En una ocasión, el hombre acudió a su casa para pedirle unas pinzas para arreglar su coche. “Cuando le iba a dar las pinzas, empezó a besarme. Luego cogió una cuchara y me pegó. También me ató un cable al cuello”, indicó. “Me pedía que me masturbara en su presencia o que le masturbara a él”, añadió.
Episodio masoquista
El 3 de abril de 2006, José Miguel pidió a su vecina que acudiera a su vivienda para darle unas prendas de ropa que le tenía que entregar a su madre. Una vez en el interior, según la fiscal, la llevó a su habitación y “con ánimo libidinoso, la cogió del brazo y la pidió que le masturbara”.
Ante su negativa, “la empujó contra la cama, le subió la falda y procedió a darle varios golpes en el culo con una paleta de guisar”. Tras ello, le introdujo por “el ano una fusta negra”.
“Ese día me llamó para ir a su casa. Me engañó porque me decía que me quería. Me agarró de los brazos y me metió en la habitación. Me dijo que me abriera de piernas y me metió una fusta de caballo por el ano”, relató a trompicones la mujer.
En el juicio comparecieron dos psicólogas que inspeccionaron a la mujer tras denunciar los hechos. Las expertas subrayaron que María Jesús “no tiene capacidad para prestar su consentimiento” a este tipo de conductas”. “Existe una voluntariedad viciada porque no tiene capacidad de distinguir lo que hace. Por su minusvalía, María Jesús es una persona muy manipulable”, indicó una de ellas.
Además de los 14 años de prisión, la petición fiscal incluye una solicitud de alejamiento para que se prohíba al hombre aproximarse al domicilio y al centro de trabajo de la víctima a menos de 500 metros y de comunicarse con ella a través de cualquier medio por un plazo de cinco años.