Colectivos de minusválidos exigen una unidad de lesionados medulares en Vigo
REDACCIÓN / VIGO
Asociaciones de minusválidos del sur de la provincia acaban de unirse en una plataforma para reivindicar que el futuro hospital de Vigo integre una unidad para el tratamiento de lesionados medulares.
Consideran que esta dotación es necesaria para la zona sur de Galicia ya que sólo el centro Juan Canalejo (A Coruña) dispone de este servicio, con 30 camas, cuando los datos apuntan que el número de pacientes al año en Galicia supera los 120 con una media de estancia de entre seis y ocho meses.
Así, el presidente de la Asociación de Minusválidos Comarcal (Amico), Leonardo Fernández Sestelo, apuntó que mantuvieron una entrevista en diciembre con el director provincial del Sergas para elevar esta petición. “Estaba dispuesto a considerar esta propuesta pero nos enteramos a través de otras fuentes que debido a los costes de estas instalaciones en un nuevo hospital era más viable aumentar el número de camas en el Juan Canalejo hasta las 36”, lamentó. Por este motivo, se pusieron en marcha para crear la plataforma en la que se integraron Amico, Amfiv (Asociación de Minusválidos Físicos de Vigo), Almyf (Asociación de Lesionados Medulares y Minusválidos Físicos), ADM (Asociación de Disminuidos do Morrazo) y el ex director de la Once en Ourense, José Mayo. El objetivo, añade Fernández Sestelo, es que políticos, sindicatos, colectivos vecinales y sanitarios y de cualquier otra índole, se sumen a esta iniciativa para crear una unidad de parapléjicos en el futuro hospital. Ya presentaron mociones en varios ayuntamientos de la comarca, como Vigo, y obtuvieron el apoyo plenario. Acompañado por el ex jugador del Celta, Alvelo, y por representantes de otros colectivos de minusválidos como Pablo Beiro (Amfiv), el presidente de Amico basó la petición en los datos de Vicepresidencia, que señalan que hay 703 personas en Galicia con discapacidad, “de los cuales 152 son de Vigo, 51 de Pontevedra y 83 de Ourense”. Sin embargo, quiso alejarse también de las estadísticas y apuntar el problema familiar que supone tener un lesionado medular. “Su familia debe dejar su lugar de origen durante muchos meses y se ven obligados a depender de alquilar un piso o una habitación con el desembolso económico que supone”, explica, a lo que une “la fractura familiar temporal”. Por ello, confía en aumentar la sensibilidad “política y social” sobre este tema.