Para ofrecer mejor y más rápida información Óscar Ribas y José Costa han creado Discursia.com, un portal 2.0 donde se resume el trabajo y las condiciones de los diputados a través de varios criterios. El sistema de partidos, el régimen económico del Congreso (pdf) y las normas partidarias de presentación de iniciativas, proposiciones y proyectos no permiten calibrar la calidad del trabajo de los diputados sólo por sus números, pero un vistazo a Discursia.com ayuda. Óscar Ribas nos cuenta las razones y las características de esta iniciativa.
¿Cómo surgió la idea?
Desde hace dos años nos rondaba en la cabeza hacer algo así. Lo primero que nos impulsó a montar Discursia.com fue ver la que, por entonces, era la web del Congreso de los diputados. Era un “peor imposible”. Internet es la herramienta perfecta para acercar los ciudadanos a la política, y la estaban desaprovechando.
Ir a la Sociedad de la Información no significa comprar cada año mejores portátiles a los diputados, como están haciendo.
En España, quizá sea nuevo un proyecto así, pero en Gran Bretaña, por ejemplo, ya existen proyectos similares, como They Work for You.
Desde que nos pusimos manos a la obra, el Congreso ha renovado su web, ahora es más lustrosa, sí, pero es como el submarino de Gila: de color bien, pero flotar no flota. Otro culpable de que Discursia.com exista es, Eskorbuto, un grupo de punk vasco de los años 80. Su “para vivir alegre y contento, Eskorbuto al Parlamento” nos acompañó durante toda la gestación 😉
¿Cuál es vuestro objetivo?
Nuestra ilusión sería que cualquier persona, antes del 9 de marzo, pasara por Discursia.com para ver si el señor que le está pidiendo el voto ha cumplido o no. Si lo que cobra es razonable o no; si su actividad privada fuera del parlamento es razonable o no. Yo tengo una opinión política, como todo el mundo, y he sido el primero que se ha llevado un chasco viendo los resultados de Discursia.com. Puede que cambie mi voto.
¿Es una iniciativa comercial o política?
Detrás de Discursia no hay más que dos personas particulares, José Costa y yo. De momento ni nos planteamos la explotación comercial de Discursia.com. Sí que pondremos (más pronto que tarde) adsense para aliviar los costes que estamos asumiendo nosotros ahora mismo (unos 100 € al mes de hosting y otros pequeños gastos).
¿Cómo puede participar la gente?
Evaluando a los diputados, criticando sus iniciativas y mandando comentarios a los diputados a través de la plataforma.
Hemos instalado un contador para controlar el tiempo que tardan los diputados en contestar a las preguntas de los usuarios. Cuando tengamos datos significativos haremos otro ranking con los diputados más atentos y los más tardones.
Por supuesto, también puede participar mandándonos sus ideas e indicándonos mejoras o cosas que estemos haciendo mal. De hecho, necesitamos a la gente para que esto funcione.
¿Tiene sentido contar de esta manera la actividad de los diputados en un sistema de partidos y asignaciones, sin iniciativa individual, tan cerrado como el nuestro?
No queremos “controlar”, pero sí informar a los ciudadanos de lo que hacen los diputados que han escogido. Tanto José como yo somos de una isla, Eivissa, donde el diputado viene cada 4 años, te pide el voto y se va.
Ahí acaba la relación con nuestro diputado.
Cuando navegando por Discursia.com vi que el diputado progresista escogido en la isla había dedicado más de la mitad de sus iniciativas a preguntar por audiencias de programas de TVE, casi nos echamos a llorar.
De todas formas: por supuesto, nuestro proyecto es muy mejorable en muchos aspectos. Y si el Congreso fuera tan amable de darnos mejor acceso a la información, podríamos intentarlo.
Las iniciativas presentadas por cada diputado no son la clave de una buena labor política, sin duda; una única iniciativa puede tener más valor que otras mil, no es un tema cuantitativo. Pero por algún lado había que empezar.