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"Sabe muy bien que pronto estará en el paro. No lo quieren ni los suyos."

POLÍTICA

El marketing electoral hace de Rajoy “un hombre de concordia”

El “partido de los currantes”, contra la subida del salario mínimo y por la privatización de las pensiones.


ANDRÉS VILLENA OLIVER

Las campañas electorales operan, en ocasiones, cambios milagrosos sobre los candidatos fácilmente moldeables. Un caso paradigmático es el de Mariano Rajoy: obsesionado durante toda la legislatura con el problema del terrorismo y la ruptura de España, es ahora cuando se anuncia como un candidato “de concordia”, entregado a la solución de los “problemas que importan a la gente”. Una fórmula de marketing electoral que El Plural desmonta gracias a una recopilación de los hechos más significativos protagonizados por el líder popular en estos cuatro años.

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En ocasiones, las operaciones de camuflaje que algunos políticos utilizan en campaña electoral llegan hasta el paroxismo. Salido de la entrevista en La Sexta con Andreu Buenafuente como un “defensor del socialismo clásico”, Rajoy trata de vender ahora una imagen de moderación y progresismo que, a la hora de la verdad, nunca ha llevado a cabo.

Numerosas contradicciones
El Plural, recurriendo a fuentes dignas de todo crédito, ha podido recopilar muchas de las contradicciones en las que cae continuamente el candidato derechista al postularse como poco menos que como la solución para los españoles.

¿Currantes?
Ofende, en primer lugar, una de sus últimas proclamas -“Mi programa es el de los currantes”-, cuando se trata del mismo dirigente que nunca ha apoyado la subida del Salario Mínimo Interprofesional ni el compromiso socialista de llevarlo hasta los 800 euros.

Privatizando las pensiones
Pero, además de esta contradicción, existen otras: Rajoy criticó en 2004 los Presupuestos Generales del Estado de 2005 porque “aumentaban excesivamente el gasto público”. Además, su fichaje económico, Manuel Pizarro, defiende, entre otras medidas de destrucción del Estado del Bienestar, la privatización de las pensiones y acumula indemnizaciones millonarias de las empresas en las que ha trabajado.

Economía
Pero no solo en ello se contradice Rajoy. Al afirmar que se va “a ocupar de la economía”, el líder del PP no reconoce que, del centenar de preguntas dirigidas al presidente del Gobierno en el Parlamento, solo 14 fueron sobre esta materia. Lo que contrasta con el hecho de que el PP ocupara el 25% de su tiempo en el Parlamento a hablar sobre un terrorismo que ha disminuido ostensiblemente durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Agorero del mal
Lejos de apoyar la Ley del Suelo, la Ley de Prevención del Fraude Fiscal o la de Impulso a la Productividad, Rajoy puede apuntarse el dudoso mérito de, junto con el resto de dirigentes de su partido, haber anunciado una crisis económica, con proclamas partidistas y catastrofistas que operan negativamente sobre las expectativas de los ciudadanos y sobre su consumo, agravando toda perturbación posible en el horizonte.

Engaño descarado
Pero el engaño mayor y el enmascaramiento que no engaña a nadie es la tendencia del líder popular a reiterar hasta la saciedad que “me voy a ocupar de los verdaderos problemas de las personas”. Lo que irrita sobremanera, al haber contemplado una legislatura repleta de sentencias sobre el terrorismo: “Usted ha traicionado a los muertos y ha permitido que ETA recupere posiciones”.

¿Un hombre de concordia?
No se puede, en efecto, mantener una descarada connivencia con el discurso de Francisco José Alcaraz –presentando 1.900 iniciativas relacionadas con el terrorismo, si no contamos la delirante teoría de la conspiración- y afirmar, a veinte días de las elecciones que “yo soy un hombre de concordia”. En este punto, parece quedar en el olvido el numerito del referéndum nacional contra el Estatut y la falseada recogida de firmas.

Insulto a la inteligencia
Resulta, por último, ridículo saber que este defensor del socialismo clásico se haya abstenido en la votación de la Ley de Igualdad, recurrida ante el Tribunal Constitucional. Un recurso también interpuesto contra los matrimonios homosexuales. Toda una burla a la memoria de los ciudadanos, la programada por el aparato de comunicación del PP.

avillena@elplural.com

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En ocasiones, las operaciones de camuflaje que algunos políticos utilizan en campaña electoral llegan hasta el paroxismo. Salido de la entrevista en La Sexta con Andreu Buenafuente como un “defensor del socialismo clásico”, Rajoy trata de vender ahora una imagen de moderación y progresismo que, a la hora de la verdad, nunca ha llevado a cabo.

Numerosas contradicciones
El Plural, recurriendo a fuentes dignas de todo crédito, ha podido recopilar muchas de las contradicciones en las que cae continuamente el candidato derechista al postularse como poco menos que como la solución para los españoles.

¿Currantes?
Ofende, en primer lugar, una de sus últimas proclamas -“Mi programa es el de los currantes”-, cuando se trata del mismo dirigente que nunca ha apoyado la subida del Salario Mínimo Interprofesional ni el compromiso socialista de llevarlo hasta los 800 euros.

Privatizando las pensiones
Pero, además de esta contradicción, existen otras: Rajoy criticó en 2004 los Presupuestos Generales del Estado de 2005 porque “aumentaban excesivamente el gasto público”. Además, su fichaje económico, Manuel Pizarro, defiende, entre otras medidas de destrucción del Estado del Bienestar, la privatización de las pensiones y acumula indemnizaciones millonarias de las empresas en las que ha trabajado.

Economía
Pero no solo en ello se contradice Rajoy. Al afirmar que se va “a ocupar de la economía”, el líder del PP no reconoce que, del centenar de preguntas dirigidas al presidente del Gobierno en el Parlamento, solo 14 fueron sobre esta materia. Lo que contrasta con el hecho de que el PP ocupara el 25% de su tiempo en el Parlamento a hablar sobre un terrorismo que ha disminuido ostensiblemente durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Agorero del mal
Lejos de apoyar la Ley del Suelo, la Ley de Prevención del Fraude Fiscal o la de Impulso a la Productividad, Rajoy puede apuntarse el dudoso mérito de, junto con el resto de dirigentes de su partido, haber anunciado una crisis económica, con proclamas partidistas y catastrofistas que operan negativamente sobre las expectativas de los ciudadanos y sobre su consumo, agravando toda perturbación posible en el horizonte.

Engaño descarado
Pero el engaño mayor y el enmascaramiento que no engaña a nadie es la tendencia del líder popular a reiterar hasta la saciedad que “me voy a ocupar de los verdaderos problemas de las personas”. Lo que irrita sobremanera, al haber contemplado una legislatura repleta de sentencias sobre el terrorismo: “Usted ha traicionado a los muertos y ha permitido que ETA recupere posiciones”.

¿Un hombre de concordia?
No se puede, en efecto, mantener una descarada connivencia con el discurso de Francisco José Alcaraz –presentando 1.900 iniciativas relacionadas con el terrorismo, si no contamos la delirante teoría de la conspiración- y afirmar, a veinte días de las elecciones que “yo soy un hombre de concordia”. En este punto, parece quedar en el olvido el numerito del referéndum nacional contra el Estatut y la falseada recogida de firmas.

Insulto a la inteligencia
Resulta, por último, ridículo saber que este defensor del socialismo clásico se haya abstenido en la votación de la Ley de Igualdad, recurrida ante el Tribunal Constitucional. Un recurso también interpuesto contra los matrimonios homosexuales. Toda una burla a la memoria de los ciudadanos, la programada por el aparato de comunicación del PP.

avillena@elplural.com