MATUCHA GARCÍA. MÁLAGA
Daniel es autista, tiene ocho años y, a pesar de su corta edad y de no ser una postal habitual en nuestro país, contará próximamente con una persona que lo llevará al colegio, lo ayudará a vestirse y le permitirá en definitiva alcanzar mayor autonomía.
El Foro de Vida Independiente, especialmente crítico con la Ley de Dependencia y que incluso denunció a la Junta de Andalucía ante la tardanza en la concesión de las ayudas, aplaude lo que considera un avance “importantísimo” en la conquista de derechos por parte de este colectivo. Javier Romañach, destacado miembro del Foro de Vida Independiente, afirma que aunque las concesiones de esta prestación -la del asistente personal- se seguirán sucediendo, ha sido Daniel el primer dependiente que se conoce de España en lograrla. “Hemos luchado mucho para que se incluyese en la ley la figura del asistente personal y ha sido un logro muy importante además que la primera persona a la que se lo hayan otorgado no sea un adulto con dependencia física, sino que por contra sea un niño y además con discapacidad intelectual”, reseña a este periódico.
Andalucía, destaca. Romañach resalta también el hecho de que se haya producido en Andalucía, y critica que existan comunidades en las que a pesar de la existencia de la figura, recogida por ley, no estén en disposición de otorgar esta prestación al no existir reglamento al respecto.”El hecho ha despertado el interés y la sorpresa de la red de Vida Independiente de Europa que ha resaltado la rapidez en conseguir este recurso frente a otros países, ya que hemos sido junto con los países del este los últimos en incorporarnos a esta filosofía”, declara el portavoz.
Daniel y su asistente. La Junta de Andalucía le ha concedido a Daniel, un pequeño de ocho años con autismo, un asistente personal, dentro del abanico de recursos de la nueva Ley de Dependencia.
Mariola Rueda, su madre, fue precisamente una de las tres familias malagueñas que denunció al Gobierno andaluz por el incumplimiento de los plazos que establecía la norma. Ahora, tras meses de lucha y reivindicaciones muestra su satisfacción ante lo que es un “gran avance”. “Estoy muy contenta. Tras ocho años es la primera vez que mi hijo tiene derechos y que le permiten una vida autónoma”, indica.
Dani contará con un asistente personal 112 horas al mes, aunque su madre explica que les están revisando la concesión para aumentársela al máximo, que es de 160 horas. Ésto permitirá que el pequeño cuente con ayuda para vestirse, ir al ´cole´ o incluso almorzar. “Mi marido y yo trabajamos. Yo tengo reducida la jornada para poder atender a Dani. Todo lo que recaía sobre nosotros lo debe hacer ahora el asistente personal”, dice.
Rueda considera no obstante que la ley debe seguir madurando, ya que explica que esta prestación debería extenderse a cualquier persona que lo requiera y no sólo a los dependientes que estudien o trabajen. A este respecto, Romañach comenta que aún queda bastante por hacer tras esta conquista, ya que según asegura la figura del asistente personal está contemplada en el reglamento pero no está regulada, de forma que no se conocen con exactitud las condiciones laborales de estos trabajadores.