Sevilla.- El único modo de que una relación amorosa funcione “es que uno no permanezca de pie y el otro apoyado en él”, según el veterano actor alemán Horst Westphal, protagonista junto a la también veterana Ursula Werner de “En el séptimo cielo”, que muestra cómo el amor, la pasión y el sexo son posibles en la vejez.
Dirigida por Andreas Dresen, esta película alemana, que concursa en la sección oficial del Sevilla Festival de Cine Europeo, trata de mostrar también, en palabras de Westphal, que “el amor nunca es algo seguro, ni entre jóvenes ni entre viejos, porque nadie está a salvo de que le alcance un relámpago en cualquier momento” en forma de enamoramiento imprevisto, de pasión desatada, de puro sexo.
“Teníamos dudas de cómo reaccionaría el público al vernos así en la pantalla”, confesó en conferencia de prensa Ursula Werner, quien aseguró que su interpretación no ha supuesto más una determinación, una decisión, que un esfuerzo interpretativo en sí: “Hemos hecho una película auténtica”.
Igualmente se expresó el actor protagonista, quien aseguró que durante el rodaje no tenían un guión escrito, sino tres o cuatro folios escritos a manera de “hoja de ruta” y que esta improvisación les obligaba a efectuar un trabajo “más responsable”.
“Puse un interés personal en este trabajo, ya no soy un chiquillo, pero me propuse demostrar cómo existe gente con ganas de vivir, que se enamora y desarrolla sentimientos, que tiene potencia, y no sólo sexual, sino potencia vital”, explicó Westphal.
Preguntados por la reacción de la gente joven, el actor aseguró que ha habido quienes les han asegurado que no les interesa una historia de amor entre viejos, pero que han sido la mayoría “los que no han visto diferencias entre el amor de viejos y jóvenes, que han comprendido que no se trata de una cuestión de edad y que también hay muchos jóvenes que, por desinterés, son unos viejos”.
Fuente: Soitu
One reply on ““En el séptimo cielo” (II)”
Agradezco tu interés en desmenuzar la noticia inicial que nos proporcionaste y estoy conforme en todo cuanto los actores han manifestado. No existen diferencias entre el amor joven y el maduro, en todo caso, matices que son la consecuencia del paso del tiempo en las personas.
Si trazamos un rectángulo y luego cruzamos una diagonal por el lado mayor, podríamos decir que en los inicios de la relación existe mayor dosis de pasión que de cariño, y ambos conforman el amor, por supuesto. Pero así como pasan los años, disminuye la pasión en favor del aumento del cariño, y esto sigue siendo amor. Así pues, es de entender que en la edad madura decrece considerablemente la pasión, que nada tiene que ver con la voluptuosidad, y aumenta sobremanera el cariño, lo que sin lugar a dudas sigue siendo amor.
Es cierto, el amor se transforma al paso del tiempo, pero resulta
mucho más sereno, más sentido y deseado.
Este ejemplo lo apostillo en favor de las consideraciones que sobre el tema vierte el artículo de esta entrada y la intención puesta por Mª Ángeles, cuya fina sensibilidad ha demostrado siempre en estos temas tan interesantes.