Sí, yo era uno más de entre los centenares de personas que nos acercamos frente a la «casa de las brujas», para estar aunque fuese en el recuerdo, junto a esas más de seis mil almas que no solamente han padecido los rigores de sus diversas patologías, pues también tuvieron que sufrir la vejación de unos dirigentes deshumanizados que les boicotearon sus derechos, les frenaron sus aspiraciones y les mataron sus esperanzas de poder disfrutar de unas miserables ayudas que, nunca serán lo suficiente como para atender con dignidad sus necesidades más perentorias.
El jueves por la tarde, antes de las siete, ya estaba en el lugar de la concentración que, si bien no era la que yo hubiese elegido, es donde la organización decidió asentarse. Desconozco si por indicación de las autoridades o por consideración con los conductores, el caso es que particularmente me hubiese plantificado en la calzada, justo delante de la puerta de la Delegación del Gobierno Valenciano. Ahí si que hubiésemos superado esos cientos de personas que nos reunimos, y tanto que sí; miles quizás y con los claxon echando humo.
Pero después de todo es posible que fuese mejor así. Probablemente nos lo agradecieron los invisibles, los ausentes y todos sus familiares. El acto fu sin duda muy emotivo. Extremadamente respetuoso. Emocionante.
Pese a que adquirí la misión de filmar el evento y eso siempre resta algo de concentración en lo que ocurre a tu alrededor, también pude comprobar en el barrido que hacía con mi cámara, semblantes que me llenaban de emoción. Personas maduras, de avanzada edad. Algunas postradas en sus sillas, otras sujetándolas, asegurándolas. Gente joven con y sin dependencia. Niños también había. Y en todos veía una mirada serena, conscientes de la situación que en aquellos momentos compartíamos. También asintiendo con firmeza cada vez que algún orador dirigía los dardos que lanzaban con sus palabras hacia la ineptitud, la desconfianza y desvergüenza que adornan las mentes de quienes incomprensiblemente rigen los destinos de nuestro pueblo. Los mismos que les afanaron los escasos recursos que hubiesen percibido los homenajeados.
Hubo un silencio absoluto en el que, hasta los ruidos del rodar de los vehículos que por allí transitaban dejaron de percibirse. Fue cuando dos compañeros de la Plataforma en defensa de la Ley de Dependencia comenzaron a nombrar aquellos que marcharon sin ver colmadas sus ilusiones. Nombre tras nombre, salía un familiar -generalmente femenino- portando un clavel blanco que depositaban sobre un recipiente de cristal que posteriormente sería entregado, junto al manifiesto que luego se leyó, en la Casa de las Brujas.
Hubo algún familiar que se dirigió a los presentes, dando testimonio de su entrega al cuidado del ser más querido… hasta el último aliento.
Rostros bañados por sus lágrimas, pero serenos. Con dignidad. Con entereza. Estaban allí en representación de los que marcharon. Tenían que recibir las muestras de cariño que todos les dedicamos. Pero tenían que estar allí, también, solidarizándose con el empeño en hacer que las leyes se cumplan y que se expulsen de sus puestos a quienes con una vileza impropia de personas de bien, están jugando con el pueblo y tirándolo cual arma arrojadiza a sus rivales políticos. Vergonzoso, abominable…
Y tras la lectura del Manifiesto que seguidamente dejaré para quienes no pudieron o no quisieron estar allí, tengan la posibilidad de adherirse aunque sea emocionalmente, con esta convocatoria que fue un éxito, ya no de asistencia, tampoco de presión, no… Nada de eso. Fue un éxito de cohesión, de comunión con los fallecidos, con sus familiares, con los dependientes y los no dependientes; fue un éxito porque por unas horas sintonizamos con los sentimientos más humanitarios que debieran ser siempre nuestros compañeros inseparables.
Doy las gracias a todos los que me hicieron sentir una persona entre tantas personas, a quienes me confiaron sus particularidades y a todos los que de una manera u otra allí participamos.
MANIFIESTO
HOMENAJE A LAS PERSONAS DEPENDIENTES FALLECIDAS
Y A SUS FAMILIARES
Desde todas las Plataformas en Defensa de la Ley de Dependencia de la Comunidad Valenciana, dedicamos este encuentro a las personas dependientes que ya no están con nosotros, a los que han muerto esperando que se hiciera realidad un derecho del que no han podido disfrutar: el que les reconocía la Ley de Dependencia.
Porque las estadísticas no se acuerdan de ellos, ni siquiera los han tenido en cuenta, están silenciados. Nosotros aquí los recordamos: son cerca de 6.000 personas fallecidas en la Comunidad Valenciana desde que se promulgó la Ley hace ya dos años.
Más de 5.000 fallecidos en dos años son muchos muertos.
Porque cada uno de ellos son personas, con nombres y apellidos, con una historia detrás, con una lucha por seguir adelante, con una esperanza que no se ha hecho realidad: la esperanza de disfrutar de unos recursos que podían haber hecho su vida menos dura, evitando mucho sufrimiento, y contribuyendo a una mejor calidad de vida.
Porque muchos de ellos se han enfrentado con una valentía admirable a su propio deterioro, superando el miedo y el dolor, y logrando, en su soledad y en la de sus familiares, vivir dignamente hasta el final.
Este homenaje está dedicado también, y de manera muy especial, a sus familiares. Hoy están aquí con nosotros: han sido sus cuidadores, todo su esfuerzo y todo su cariño lo han dedicado a hacerle la vida más digna; en muchas ocasiones sin el apoyo de nadie, esperando esos recursos, esas ayudas, que nunca llegaron.
Nuestro recuerdo también es para ellos, maridos, mujeres, padres, madres, hermanos, hijos e hijas…
Porque se han enfrentado a la angustia y al dolor a la vez que infundían esperanza y apoyo a sus familiares dependientes. Y todo a pesar de no tener tiempo para ellos mismos, a pesar del esfuerzo y de las horas de sueño y cansancio, sin apoyo de nadie y en su propia soledad….
Y por último, queremos que este encuentro sirva también como acto de denuncia. Denuncia a la incompetencia de nuestros gobernantes valencianos.
El Consell Valenciano es el gran responsable de que todas estas personas no hayan tenido los recursos que necesitaban.
Los Consellers y su Presidente tienen sobre su conciencia a estos más de 5.000 fallecidos. Porque el Gobierno de la Generalitat Valenciana, ha boicoteado desde el principio la aplicación de la Ley, cuando anteriormente la habían votado en el Parlamento.
El Gobierno Valenciano nos ha utilizado y nos utiliza como arma arrojadiza contra el Gobierno central, marginando e ignorando a nuestros fallecidos y despreciando el sufrimiento de las personas dependientes y de sus familiares.
Miran hacia otro lado y no les importa lo más mínimo el perjuicio que se está produciendo con este boicot.
Es por ello que queremos manifestar nuestra repulsa colectiva y nuestra firme decisión de seguir luchando para hacer efectiva la Ley de Dependencia.
Exigimos responsabilidades al Consell de la Generalitat Valenciana y especialmente a su Presidente Francisco Camps.
¡PORQUE ELLOS TAMBIÉN TENÍAN DERECHO!
LEY DE DEPENDENCIA ¡YA!
One reply on “Yo, también estuve en el homenaje a las personas dependientes que han muerto esperando las ayudas de la Ley de Dependencia.”
Conmovedor testimonio el tuyo Enrique y conmovedor lo expresado en ese manifiesto de la plataforma en defensa de la ley de la dependencia de Alicante que sin duda debería no ya de conmover sino de hacer sentirse responsables a cuantos de forma directa o indirecta están consintiendo la sucesión de tragedias personales y familiares al amparo de una ley que se suponía nacía para evitarlas y no para propiciarlas e incluso incrementarlas como está sucediendo en España entera.
Esa ejemplar cohesión social de la que nos hablas en tu testimonio, unida a esa voluntad altruista de victimas, familiares y de ciudadanos solidarios y con el sentido de la justicia muy bien marcado, que como tu mismo sin ir más lejos, habéis unido codo con codo y trabajado en el tiempo mano a mano, creo que sin duda habrá marcar un antes y un después, en el significado y el potencial que encierra la unidad social hacia la conquista de los derechos humanos.
Quiero sumarme al recuerdo de esas víctimas, de la mediocridad y la sinrazón política, alentar en su dolor a quienes perdieron a sus seres más queridos embargando su propia vida y sus derechos y dar las gracias a cuantos ciudadanos que como tu mismo, amigo, habéis contribuido y seguís contribuyendo a que nuestros derechos sociales, se conviertan en hechos sociales de los que aun carecemos,
Porque entre el dicho y el hecho no se siga interponiendo la interesada y mezquina aplicación e interpretación política y administrativa de lo que es un derecho.