INTEGRACIÓN EDUCATIVA
Cuatro jóvenes discapacitados dan clase en un despacho por la falta de espacio
Educación prometió un aula-taller para integrarlos en el instituto
Los alumnos discapacitados procedentes del colegio Joaquín María López, en un despacho del instituto Doctor Balmis
PILAR CORTÉS
VICTORIA BUENO Ni aula, ni taller. Han acabado en un despacho de 12 metros cuadrados por la falta de espacio en el instituto. Son cuatro jóvenes discapacitados que han cumplido los 16 años pero tienen una mentalidad de niños de 5 y que, en palabras de sus madres, donde mejor estaban era en el colegio (hasta el curso pasado), teniendo en cuenta sus circunstancias físico-psíquicas y el sitio al que han ido a parar.
La Conselleria de Educación decidió abrir este curso por primera vez aulas-taller de educación especial en dos institutos de Alicante. En uno de ellos, el Leonardo Da Vinci, la experiencia está resultando muy positiva, quizá porque se está haciendo con los medios necesarios y porque responde también a las capacidades de estos chicos, pero en el IES Doctor Balmis los alumnos discapacitados asignados han entrado "con calzador". Se les ha cedido un despacho en el que difícilmente pueden removerse, porque todos ellos necesitan silla de ruedas o andador y tampoco cuentan con material ni posibilidades personales para trabajar en un aula-taller como la prometida inicialmente.
Por todo ello sus madres llevan varias semanas sin descanso, de inspector en inspector, tratando de hacer ver a los responsables educativos las circunstancias de sus hijos y por toda respuesta se les ha hecho saber que sus hijos estarán en estas circunstancias "temporalmente", porque en realidad deberían haber empezado el curso en otro instituto, el IES 8 de Marzo, que no se ha terminado de construir pese a figurar en los proyectos de ejecución de la conselleria desde el año 1998.
"Mi hija padece de espina bífida y necesita ser sondada cada cinco o seis horas para evitar infecciones. En casa la sondo a las 7,30 horas de la mañana para que la recoja el autobús y hasta las 15.15 horas no la devuelven así que he tenido que pedir un certificado al médico para que una enfermera la sonde. Las circunstancias de mi niña son las mismas que en el colegio y debían saberlas ya". Isabel, al igual que Inmaculada Sánchez, se lamenta de que han metido a sus hijos "en una ratonera". "Ya me gustaría que mi niña fuera al instituto, pero hay que ser realistas y esto de integración no tiene nada", protesta. Tampoco Inmaculada lo quiere para Alberto "porque hay que tener en cuenta los dictámenes de los chicos".