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La crisis económica saca a ancianos de las residencias

 

Hijos que tenían a sus padres en geriátricos se los llevan a casa para recurrir a la pensión y a la Ley de Dependencia.

08.11.09 –

BEATRIZ LLEDÓ VALENCIA

Alertan de que puede ser «muy duro» cuidar a un dependiente las 24 horas al día

Cuando la necesidad apremia, se recurre a soluciones desesperadas. La crisis económica continúa haciendo estragos en muchas familias que se han visto obligadas a sacar a sus mayores de las residencias en las que hasta ahora estaban ingresados para poder sobrevivir con su pensión. «Nos estamos encontrando con muchos casos de personas sin trabajo, a las que se les ha acabado la prestación del paro, que no tienen ningún ingreso y deciden sacar a sus padres del centro para cuidarlos en casa y poder disponer de su paga», alertó la portavoz de la Plataforma de la Ley de Dependencia en Valencia, Palmira Castellano. 

                                                                                        

No es la única que ha detectado esta realidad. José Hernández, miembro de la Unidad de enfermos Paliativos del hospital Doctor Peset, advierte de la misma situación. «Se llevan a casa a los familiares que estaban en la residencia para ahorrarse el dinero que pagaban porque estuvieran allí y para cubrir sus gastos con la pensión de jubilación», explicó la semana pasada el experto durante unos cursos para profesionales impartidos por CSI-CSIF en Valencia.

                                                                                                

Incluso se benefician de las posibles ayudas de la Dependencia que podían estar recibiendo los ancianos por estar en una residencia. Así lo asegura José Sanchis, presidente de la Unión de Pensionistas (UDP) de Valencia, quien lamenta que muchos hijos «que se habían olvidado de sus padres» ahora los acogen para quedarse con su dinero. «Los meten en una residencia y al principio van a verlos cada semana, luego van cada semana, cada mes y al final ya ni se acuerdan. Y ahora porque les interesa, los sacan. Hay muchos mayores muy solos pese a tener familia», denuncia.  

                 

Si la crisis no remite, el número de familias que decidan llevarse a los ancianos a casa aumentará de forma preocupante. «Hace dos años no conocía ningún caso. Esto ha empezado hace algunos meses y aún puede ir a más. Es una solución a la que están acudiendo muchos hijos que no encuentran trabajo, que también son padres de familia y que no llegan a final de mes», aseguró Hernández. También Cáritas ha notado esta tendencia.                                                                                                                      

Una consecuencia inmediata es que las residencias cuentan con plazas libres, algo impensable hace sólo unos meses. «Desde hace medio año, centros que estaban llenos y en los que era muy difícil entrar, ahora tienen sitio de sobra», explica Sanchis. 

         

Pero detrás de esta realidad subyace un peligro. ¿Están preparados los hijos para convertirse en los cuidadores de sus padres las 24 horas del día? Castellano lamenta que la atención puede no ser la misma. «Cuidar bien y sin descanso a un enfermo es algo muy serio y duro. Entiendo que a la gente le hace falta el dinero pero la situación puede volverse contra ellos si no soportan el esfuerzo que supone estar pendiente de un dependiente», manifestó. Para Hernández, en cambio, «en principio, si se trata de un mayor, no tiene porque haber especiales dificultades para atenderlo».

                      

La crisis también ha hecho que muchos hijos ya independizados vuelvan a casa de sus padres porque no pueden pagar la suya. Y no lo hacen solos. Con ellos se instalan sus cónyuges e hijos.