Ortopedia
Un funcionario manco recibe en Valencia el primer implante de mano biónica.
Cada dedo lleva un motor.
Lorenzo Gil muestra satisfecho su nueva extremidad, con la que podrá escribir sobre un teclado y abrocharse los botones.
efe/juan carlos cárdenas
Un técnico ortoprotésico de la empresa valenciana Especialidades Médico Ortopédicas (EMO) ha colocado esta semana la primera mano biónica personalizada de España a un hombre de 47 años, que nació sin la extemidad izquierda por una malformación congénita.
Pilar G. del Burgo, Valencia
La adaptación de la mano, que imita en funcionalidad y apariencia a una humana, se ha realizado en varias sesiones, según informó a Levante-EMV el director técnico de la empresa, Leopoldo Fernández. El receptor, Lorenzo Gil Valía, funcionario, que durante 25 años ha usado una prótesis mioléctrica de tres dedos que solo le permitía hacer la pinza, declaró ayer al comprobar que tenía autonomía para mover los cinco dedos: “Esto es otro mundo, no tiene nada que ver con lo he llevado hasta ahora”. Lorenzo ha asistido ya a tres sesiones para aprender el manejo del nuevo miembro que se compone de una carcasa que une el muñón con el resto de la prótesis y dos sensores que están en contacto con la musculatura, desde donde se controla el movimiento de abrir y cerrar. La prótesis pesa 500 gramos y lleva un motor en cada uno de los dedos que permite articularlos y moverlos independientemente y una batería que hay que recargar a diario. La cubierta exterior está realizada con silicona, “la piel de la prótesis que además protege la mano de agentes externos es tan flexible como la humana y tiene el mismo aspecto”. El director técnico de EMO expresó que cuando Lorenzo Gil vio por primera vez la apariencia robótica de la pieza se entusiasmó, “porque es una revolución, un cambio total”. La mano biónica, que fue bautizada con el nombre de i-LIMB, por sus creadores que son escoceses, se presentó a la sociedad protésica mundial en agosto. El lanzamiento nacional lo realizó EMO en la feria Ortoprotec, en noviembre en Valencia. Dos tamaños y diez pigmentaciones. De la prótesis existen dos tamaños, uno para hombre y otro para mujer, y dos modelos laterales. Además, hay un catálogo con diez tipos de pigmentación diferente para que la cubierta cosmética se asemeje lo máximo posible a la piel del destinatario. “Se adapta y personaliza para cada paciente, como si estuviera hecha a medida”, indicó el portavoz de la empresa. La estructura de la mano biónica hace que ésta se mueva de manera muy natural y que tenga mayor precisión para coger, sujetar y realizar acciones muy diversas como escribir en el ordenador, impensable antes con la prótesis mioléctrica, según manifestó Lorenzo Gil. “Este producto busca mejorar la calidad de vida de los pacientes”, declaró el director técnico de EMO, que agregó que en el mundo de las prótesis el factor psicológico es muy relevante para el destinario, “y en este caso se consigue una satisfacción personal muy importante, porque se unen tres elementos: el funcional, el psicológico y el estético”. Hasta el momento se han colocado en Europa media docena de manos, que vienen a costar alrededor de los 45.000 euros. Fuentes de la empresa indicaron que la inclusión del pulgar articulado, “aumenta las opciones que se pueden ejecutar, muchas de ellas impensables hasta ahora y muy cotidianas como mantener un plato, sostener una tarjeta, teclear un ordenador, cortar con un cuchillo, marcar un número de teléfono, abrir una cerradura, transportar una maleta o abotonarse una chaqueta, acciones que facilitan una mayor integración del paciente”.
Pilar G. del Burgo, Valencia
La adaptación de la mano, que imita en funcionalidad y apariencia a una humana, se ha realizado en varias sesiones, según informó a Levante-EMV el director técnico de la empresa, Leopoldo Fernández. El receptor, Lorenzo Gil Valía, funcionario, que durante 25 años ha usado una prótesis mioléctrica de tres dedos que solo le permitía hacer la pinza, declaró ayer al comprobar que tenía autonomía para mover los cinco dedos: “Esto es otro mundo, no tiene nada que ver con lo he llevado hasta ahora”. Lorenzo ha asistido ya a tres sesiones para aprender el manejo del nuevo miembro que se compone de una carcasa que une el muñón con el resto de la prótesis y dos sensores que están en contacto con la musculatura, desde donde se controla el movimiento de abrir y cerrar. La prótesis pesa 500 gramos y lleva un motor en cada uno de los dedos que permite articularlos y moverlos independientemente y una batería que hay que recargar a diario. La cubierta exterior está realizada con silicona, “la piel de la prótesis que además protege la mano de agentes externos es tan flexible como la humana y tiene el mismo aspecto”. El director técnico de EMO expresó que cuando Lorenzo Gil vio por primera vez la apariencia robótica de la pieza se entusiasmó, “porque es una revolución, un cambio total”. La mano biónica, que fue bautizada con el nombre de i-LIMB, por sus creadores que son escoceses, se presentó a la sociedad protésica mundial en agosto. El lanzamiento nacional lo realizó EMO en la feria Ortoprotec, en noviembre en Valencia. Dos tamaños y diez pigmentaciones. De la prótesis existen dos tamaños, uno para hombre y otro para mujer, y dos modelos laterales. Además, hay un catálogo con diez tipos de pigmentación diferente para que la cubierta cosmética se asemeje lo máximo posible a la piel del destinatario. “Se adapta y personaliza para cada paciente, como si estuviera hecha a medida”, indicó el portavoz de la empresa. La estructura de la mano biónica hace que ésta se mueva de manera muy natural y que tenga mayor precisión para coger, sujetar y realizar acciones muy diversas como escribir en el ordenador, impensable antes con la prótesis mioléctrica, según manifestó Lorenzo Gil. “Este producto busca mejorar la calidad de vida de los pacientes”, declaró el director técnico de EMO, que agregó que en el mundo de las prótesis el factor psicológico es muy relevante para el destinario, “y en este caso se consigue una satisfacción personal muy importante, porque se unen tres elementos: el funcional, el psicológico y el estético”. Hasta el momento se han colocado en Europa media docena de manos, que vienen a costar alrededor de los 45.000 euros. Fuentes de la empresa indicaron que la inclusión del pulgar articulado, “aumenta las opciones que se pueden ejecutar, muchas de ellas impensables hasta ahora y muy cotidianas como mantener un plato, sostener una tarjeta, teclear un ordenador, cortar con un cuchillo, marcar un número de teléfono, abrir una cerradura, transportar una maleta o abotonarse una chaqueta, acciones que facilitan una mayor integración del paciente”.