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Dos lesionados medulares imparten una clase a alumnos de Fisioterapia del CEU
Los ponentes destacaron la importancia de la fisioterapia en la recuperación de estas lesiones
Los estudiantes de tercer curso de Fisioterapia del CEU asistieron recientemente a una clase que difícilmente olvidarán. Miguel Ángel y Esther, dos lesionados medulares, les contaron cómo afrontan su inmovilidad así como la importancia de la fisioterapia en su día a día.
Bajo la supervisión de la profesora organizadora de la charla, Laura Fluxá, los alumnos disfrutaron de una clase práctica con ambos voluntarios, trabajando con todas sus extremidades y conociendo cómo deben realizar con los lesionados medulares los pasos entre la silla de ruedas y la camilla, proceso conocido en la profesión como transferencias.
La profesora Fluxá organizó esta actividad para demostrar a los futuros fisioterapeutas su importancia en el tratamiento de pacientes lesionados así como la necesidad del esfuerzo y el afán de superación para realizar un buen trabajo. “Personas como éstas –en referencia a los dos ponentes invitados- son las que te hacen recordar por qué un día decidiste ser fisioterapeuta. Te hacen sentir que un buen profesional no parte sólo de una buena formación, sino que las mejores técnicas con las que cuenta son su manos, su voluntad y sus ganas de trabajar”, afirmó. Para esta profesora “la medicina tiene mucho camino por descubrir y los fisioterapeutas debemos seguir trabajando con la esperanza de mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes, no conformarnos con metas a corto plazo”.
El testimonio de Miguel Ángel
Este valenciano de 35 años sufrió hace cuatro años una lesión medular que le ocasionó daños en las vértebras superiores, por lo que acabó con una tetraplejia que “los médicos consideraban irreversible. Mi pronóstico era que iba a acabar en una cama”, afirmó el ponente. No obstante, en la actualidad Miguel Ángel ha conseguido movilidad en sus extremidades superiores, todo ello gracias a sesiones de rehabilitación y fisioterapia que comenzó a realizar tras los seis primeros meses del accidente.
Como él mismo explica, estos avances “suponen un mínimo para una persona de movilidad completa, pero para mí mover un brazo o una mano y tener sensibilidad es un mundo”. Por ello Miguel Ángel quiso que los estudiantes de Fisioterapia observaran que se pueden conseguir grandes logros con este tipo de lesiones, aunque la primera impresión sea pesimista. “Creo que los alumnos no se dan cuenta del potencial de esta materia, y muchos acaban dedicándose al aspecto estético o deportivo, así que uno de mi objetivos hoy es animarlos, ya que si la medicina consiguiera la reparación de la lesión medular, el fisioterapeuta será imprescindible para la rehabilitación postquirúrgica”, comentaba Miguel Ángel, que además hizo gala de un gran sentido del humor.
El ponente afirmó que es necesario concienciar a la sociedad de que “no somos enfermos, sino lesionados medulares; y las lesiones se pueden trabajar al igual que lo hacemos con una pierna rota”. Miguel Ángel, que ha conseguido comer por sí mismo, desplazarse en una silla eléctrica e incluso, vivir solo, tiene un lema: “asimilo mi situación y soy consciente de ella, pero no la acepto, porque eso significaría postrarme en una cama; así que hago todo lo posible por conseguir caminar algún día, tengo esa convicción”.
Muchos médicos, sorprendidos por la evolución de Miguel Ángel, le han ofrecido operarse con técnicas de medicina medular, pero él quiere “resultados, no promesas; yo busco especialistas y técnicas en todo el mundo, pero quiero estar seguro primero de que algo se puede lograr”.