Si hay una lectura positiva del periodo tan duro que hemos atravesado y superado en los últimos diez años de crisis económica, es que ha aumentado la concienciación en todos los niveles.
Los ciudadanos ya no ponen su pasado (los ahorros de toda una vida), ni su futuro, en manos de cualquiera, y menos sin preguntar. Lo que puede ser entendido como desconfianza, desde EFPA España lo concebimos como libertad. El aumento de la exigencia nunca debe ser un contra, si no todo lo contrario. Esperar un asesoramiento de nivel, buscar profesionales certificados y mirar por nuestro futuro financiero es algo que debe ser concebido como normal.
Sin embargo, no es menos cierto que el conocimiento es el único camino para poder aspirar a esa libertad y exigencia de nivel. Como señalaba, la crisis reciente ha reforzado esa concienciación de aprender de los errores, para que lo que ha sucedido no vuelva a ocurrir. A nadie se le escapa que una población con una extensa formación financiera está más protegida frente a un asesoramiento de bajo nivel o incluso perjudicial. Es por ello que en los últimos años han surgido diferentes iniciativas desde las entidades tanto públicas como privadas para ofrecer o fortalecer la educación financiera.
En EFPA España aplaudimos estas iniciativas y nos hemos sumado a ellas con una fuerte apuesta por la educación financiera. Cabe recordar que nuestra asociación, además de certificar un alto nivel, tiene un componente ético muy importante. En este sentido entendemos que somos los profesionales del sector los que tenemos la responsabilidad de no sólo hacer un asesoramiento unidireccional si no inclusivo. De esta manera se mejora la comprensión del cliente de su situación financiera, sus posibilidades, sus opciones y se le hace partícipe de la decisión. La idea es que, el nivel en cada reunión vaya aumentando, de tal manera que la barrera de conocimiento, antes absolutamente insalvable, desaparezca entre profesional y asesorado.
En los tiempos actuales ya no hay sitio para la falta de conocimiento financiero ni tampoco para las excusas. La situación financiera de cada uno es transversal a su vida, algo que no puede delegar absolutamente en otra persona. Hoy ya nadie piensa que la salud es algo que debe dejar enteramente en manos del médico, al que sólo hay que acudir cuando nos llega el dolor. El interés por los diferentes productos, una correcta cultura del ahorro y una visión real de la situación financiera es algo imprescindible para todos, desde el carnicero hasta el empresario. Por supuesto el asesoramiento es un servicio imprescindible, pero que con unos mínimos puede ser comprendido y aprovechado de forma mucho más beneficiosa. Esta mentalidad es la que nos ha llevado en EFPA España a dirigir nuestro programa de Educación Financiera a diferentes colectivos profesionales.
Entendemos que da igual a lo que la gente se dedica, todo el mundo tiene gastos, una (mayor o menor) capacidad de ahorro. Nuestras nóminas, nuestras facturas, una herencia o una hipoteca… No puede ser algo que sólo comprendan los profesionales financieros. La gente tiene que saber lo que es, que condiciones y posibilidades tiene. Todos debemos saber crear un presupuesto básico y analizar nuestros gastos e ingresos.La clave, por tanto, es concienciarse de la importancia de la educación financiera para la sociedad y el papel que jugamos todos en ello. Los ciudadanos con su interés y comprensión de los conceptos que le pueden afectar, así como el sector financiero. Los profesionales debemos ser conscientes de que nuestro servicio debe ir más allá de ofrecer un abanico de productos. Tenemos que preocuparnos por nuestros clientes y ellos deben exigirnos ese nivel. Es por ello que la libertad de la gente en este sentido, la mucha o poca educación financiera, será un fracaso o un éxito de todos.
Andrea Carreras-Candi
Directora EFPA España
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