Cuando recibimos el encargo de trabajar en el blog con el tema “Elecciones generales de 1982”, la reacción de cada uno de nosotros fue dispar. Mientras que por un lado uno se mostró optimista y hasta afortunado, el otro, más prudente, no las tuvo todas consigo. El tiempo ha convertido el adjetivo “prudente” en “realista”; nos ha costado más de lo que creíamos.
La política tiene muchas referencias. Cuando compramos un periódico lo normal es que la portada esté ocupada por un tema político; cuando encendemos la tele es muy probable que demos con un debate o con una noticia sobre socio-política; hasta en páginas web de ocio es habitual que aparezca la política como uno de los temas principales. Sin embargo, profundizar en ella hasta llegar a un tema más concreto es harina de otro costal. Sobre todo si no es de actualidad. No queremos decir que no se hayan realizado estudios, recopilaciones y clasificaciones suficientes sobre las “Elecciones generales de 1982”, pero sí que dar con ellos no es una tarea tan efímera como abrir una revista. De hecho, se ha necesitado indagar bastante para encontrar referencias de una calidad a la altura de la requerida o que tratasen el tema directamente.
Pero que conste que no son quejas. En absoluto. Sabemos de temas mandados a compañeros mucho más rebuscados que debieron exigirles un plus de esfuerzo en comparación con nosotros. Siendo esto cierto, no tenemos derecho ni motivo para reprochar nada. Pero, como dijo Confucio: “Si amas lo que haces, nunca será un trabajo”.
Concluimos que, en parte, cuando se nos dijo el nombre del tema que teníamos que trabajar, ambos tuvimos razón. En comparación con el resto, era para ser optimista. Ahora bien, con los pies en la tierra, que un trabajo bien hecho no cae nunca del cielo.
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