Felipe el Hermoso y Juana la Loca.

Juana I de Castilla, conocida como Juana la Loca nació en Toledo el 6 de noviembre de 1479 y murió en Tordesillas el 12 de abril de 1555. Fue reina de Castilla de 1504 a 1555, pero desde 1506 no ejerció ningún poder efectivo y a partir de 1509 vivió encerrada en Tordesillas, primero por orden de su padre Fernando el Católico y después por orden de su hijo el emperador Carlos V.

Juana I de Castilla era la tercera hija de los Reyes Católicos, que la casaron con el archiduque austriaco Felipe el Hermoso (1496).

La muerte de sus hermanos mayores y de un sobrino la convirtieron en heredera de las Coronas de Castilla y Aragón desde 1500. El mismo año en que fue jurada como heredera por las Cortes de Castilla (1502) empezó a manifestársele una enfermedad mental, determinada según algunos por la infidelidad de su marido, hacia quien sentía un amor apasionado.

Al morir Isabel la Católica, Juana I y Felipe I fueron proclamados reyes de Castilla (1504); pero, dada la locura de la reina, se acordó que gobernarían conjuntamente en Castilla su marido y su padre el rey de Aragón, Fernando el Católico. Las malas relaciones entre el yerno (apoyado por la nobleza castellana) y el suegro hicieron que éste renunciara al poder en Castilla para evitar un enfrentamiento armado (1506). Pero aquel mismo año murió el rey Felipe, recuperando don Fernando la regencia en Castilla en nombre del hijo de Juana y Felipe (el futuro Carlos I de España y V de Alemania).

La demencia de la reina se agravó, permaneciendo recluida en Tordesillas desde 1509 hasta su muerte. En 1516 murió Fernando el Católico y Carlos I fue proclamado rey de Castilla y de Aragón, de modo que doña Juana no llegó a suceder a su padre en la Corona aragonesa; pero nunca fue declarada incapaz por las Cortes castellanas ni se le retiró el título de reina.

 

Felipe I de Castilla, conocido como el Hermoso (1478 – 1506). Fue soberano de los Países Bajos (1482 – 1506), rey de Castilla y León (1504 – 1506). Era hijo del Emperador Maximiliano I de Austria y María de Borgoña.

Se casó en 1496 con la infanta Juana, hija y heredera de los Reyes Católicos, tras un pacto matrimonial realizado por el padre de Felipe en el marco de la llamada Liga Santa, que pretendía el aislamiento de Francia frente a sus intentos de hegemonía en Italia.

A la muerte de la reina Isabel (1504) se trasladó a Castilla, donde fue coronado rey, introduciendo de esta forma en España la casa de los Habsburgo. Fue padre de los infantes Carlos (futuro Carlos I de España) y Fernando.

Las infidelidades de Felipe hicieron que Juana entrara en una locura enfermiza de amor, que aumentó cuando su marido murió en 1506 en Burgos, al parecer por haber bebido abundante agua helada después de un esfuerzo jugando a los bolos, pero algunos afirmaron que fue por un envenenamiento de su suegro o debido a la peste.

El apelativo de “el hermoso” se lo dio el rey Luís XII de Francia en 1501, cuando recibió a Felipe y a Juana en Blois, camino de la coronación en Castilla; la exclamación de Luís XII al verle fue “vemos aquí a un hermoso príncipe”, que le quedaría como una seña de identidad en la historia.


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