Enrique II, rey de Francia, perteneciente a la Casa de Valois, nació en Saint Germain en Laye el 31 de marzo de 1519 y murió el 10 de julio de 1559 en París. Heredó el trono de su padre, Francisco I, en 1547, y continuó su política de lucha contra el poder de los Habsburgo; para ello no dudó en fortalecer la alianza francesa con los turcos y en aliarse con los príncipes protestantes rebeldes del Imperio. En el interior de su reino, combatió contra los protestantes franceses (los hugonotes).
Las victorias que obtuvo inicialmente contra Carlos V llevaron a firmar la tregua de los cinco años (1556), que el propio Enrique rompió al año siguiente, dividida ya la herencia de los Habsburgo entre Felipe II de España y Fernando I de Austria. Derrotado por los españoles en la batalla de San Quintín (1557) y Gravelinas (1558), tuvo que firmar la Paz de Cateau-Cambrésis (1559), por la que Francia perdía parte de sus conquistas en el norte y en el este, Córcega, Monferrato, Saboya y Piamonte, y renunciaba a intervenir en Italia. Frente al otro enemigo exterior, Inglaterra, Enrique consiguió avances más duraderos, como la recuperación de Boulogne (1552) y de Calais (1558).
En lo referente a lo interior, el reinado de Enrique II se caracterizó por un reforzamiento del poder real, con la institución del Consejo de los Negocios, cuatro Secretarías de Estado y nuevos tribunales provinciales. Llevó la lucha contra los hugonotes hasta el punto de decretar la pena de muerte para quienes practicaran clandestinamente el culto calvinista. Su matrimonio con Catalina de Médicis le proporcionó diez hijos, tres de los cuales se sucederían en el Trono de Francia (Francisco II, Carlos IX y Enrique III), tras la crisis desencadenada al morir por heridas recibidas en un torneo.