Al fin!

Pues si, al fin podemos decir que nos hemos estrenado, ante la familia de Grego y varios parroquianos del Heaven’s Door, quienes nos escucharon con mucha paciencia y flema de aguante el pésimo sonido que salia del ampli del micro; necesitamos un equipo de voces nuestro, ya veremos cuando podemos conseguirlo.

Antes de empezar las cosas ya empezaban a ir regular: Sábado de resaca (al menos mía) por querer salir el viernes, levantándome a las 13 en punto y yendo corriendo al local a recoger el equipo porque hacia una hora que había quedado con Martin en su casa para ensayar un poco, Grego, como tenía tantas cosas que organizar y además llevaba un constipado entre pecho y espalda que no sabemos bien como se pudo mantener el viernes (es decir,  el ensayo del día anterior)tan a pié del cañón como estuvo, supongo que sus ganas de lo que íbamos a hacer superaba a los microbios que invadian su organismo. Como iba diciendo, salimos de Elche Martín y yo en el Paumóvil (ya he hablado de él en otra parte) y llegamos a ca Grego sobre las 14:30 (él habia quedado a las 15:00 en el pub para ir preparandolo todo, pero bueno) llegamos, despues de comernos una buena hamburguesa y unas bravas, con todo nuestro equipo al pub y comenzamos a montar nuestro tinglado mientras la juventud local nos miraba, a veces con curiosidad y otras con cabreo por pasar demasiado cerca suyo con los intrumentos en la mano. Después problemas: hasta las 17:30 no pudimos hacer la “prueba de sonido” y a última hora el adaptador de la luz del piano de Grego murió, así que nos toco ir, rallando las velocidades que sobrepasan lo legal y lo seguro dentro del pueblo al supermercado mas cercano en mi coche, siempre con el corazón en la boca de puro nervios, y repitiendole a Grego el dogma que acababa de acudir a mi mente “no me vuelvas a hacer esto antes de un concierto”.

Concierto que empezó sobre las 18:30, que es la hora a la que llegaron al pub los sorprendidos padres de Grego, que al instante creo que sintieron que era una encerrona demasiado bien planeada (estos guardamarinos son demasiado maquiavelicos) donde no dejaban de saltar los flashes de las cámaras de Grego (que llevaba su hermana Trina) y de su prima, que no dejaron el gatillo quieto en toda la noche, dejando ciegos a la mayoria de asistentes al acto.

Enseguida, antes de que las cosas se le fueran de las manos con tanto revuelo (¿o no, Grego?) nuestro teclista maravilloso nos presentó a los oyentes y comenzó nuestro show, con muchos nervios de mi parte, porque aunque ya habia cantado alguna vez en un karaoke, la canción de “25 años” compuesta por Grego especialmente para esa noche, se merecía un respeto y una dedicación y concentración poco habituales en mí. Pasó la canción, con algún “gallo” y equivocación de mi parte y alguna otra de parte de Grego, que estaba igual o mas nervioso que yo.

Después de los aplausos de rigor y de un “¡que se besen!” de nuestra parte a la pareja, tocamos Standby de Extremoduro, en la cual Martín tocó (la anterior la habiamos interpretado solo Grego y yo mientras él se dedicaba a afinar las guitarras y a animar al público (unas 30 personas,casi todas sentadas). Lo peor que pasó en esa canción fueron un par de fallos, pero lo de siempre, a tomarselo con calma y a seguir adelante. Sonaron los últimos acordes, aplausos.

Empezamos con las canciones propias, “Muros de cristal” y “No volveré a caer” sonaron mas a música de fondo que a música de concierto, pero las realizamos concentrados y nos sentimos felices de que la gente al fin las escuchara.

“La Barca” creo que fué la canción que más gustó de las que eran nuestras. Martín la hizo muy bien (debido a la falta de micros, la cantó él solo), e hizo honor a la composición que hizo junto a su hermana hace tanto tiempo. La clavó, aunque debido al micro no se le entendía todo lo que nos hubiera gustado, pero aun así emocionó al público y a nosotros. A continuación “River” para que MArtin y yo afinaramos en “Re” y “New born”. La clavamos, nos salió genial, nos faltó Aitor a la batería, la verdad es que lo eché en falta toda la noche, sin batería nada suena igual, este miércoles nos ponemos y el próximo concierto estaremos los 4 dando la nota y metiendo caña. Eran las 19:30.

Nos quedamos con ganas de más, tanto nosotros como alguna gente del público, así que, al son de “¡otra, otra! tocamos “smells like teen spirit”, aunque hacía tiempo que no la ensayabamos y Grego y Martín nos dejaron solos a mí ya mi voz  uniéndose cuando se dieron cuenta de su error. Un concierto en el que no faltaron errores pero tampoco aciertos, y en que salimos contentos, sudados, exhaustos y con la cabeza a punto de explotar de la tensión que se habia acumulado. Al final de “smells..” Martín lo bordó y empezó a tocar “Supermassive black hole” la tocamos él y yo, y Grego se nos quedó mirando con ganas de tener una bateria cerca y poder tocarla y cuando la acabamos fin. Aplausos, aun que nosotros nos quedamos con ganas de tocar más, y cuando estaba preguntado a mi guitarrista favorito si tocábamos otra, Grego nos anunció que aunque el ayuntamiento estaba avisado de que íbamos a tocar 4 canciones, tocamos 8, y que el dueño del local se estaba empezando a mosquear,y ahora sí, fin, lo habíamos hecho y no lo habíamos hecho del todo mal,incluso gente que no nos conocía se acercó para felicitarnos y decirnos que siguiéramos así, que necesitábamos un equipo mejor, pero que por ese camino íbamos bien. Recogimos y Martin se fué con su familia a recoger a su hermana, que llegaba a las 8 a Alicante. Cansados y emocionados, metimos las cosas en el coche y me quedé a tomar tarta con la familia de Grego mientras esperábamos a que todo acabase y pudieramos dejar las cosas en el local.

Volví a casa, con la sensación de querer hacer más y mejor, con la boca todavia llena de letras que quería cantar y los dedos moviéndose al ritmo que las melodias y riffs que se me pasaban por la cabeza. Creíamos que cuando nos quitaron el nombre nos iba a ser dificil hacer conciertos, pero después de éste, necesitamos más, y a por ello vamos a ir.

Nos vemos en la próxima!

P.S. Gracias a Jose y a Fran por estar en el pub escuchandonos, a la familia de Martin por sus muestras de cariño y a la de Grego por aguantarnos toda la hora mas o menos que duró todo, y a los dueños del Heaven’s y a sus habituales. Y a mi Amparo por estar ahí cuando la necesito. Te quiero punki!!

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