Dos movimientos de carácter eminentemente espiritual sacuden desde el inicio de la Edad Moderna a la sociedad europea convulsionándola de tal manera, que no sólo desatan una serie de conflictos religiosos trascendentales, sino que a su amparo y en su defensa o detrimento, alumbran una serie de conflictos que en su mayor parte terminan en confrontaciones bélicas, algunas de larga duración.
Se destruyen bases y estructuras sociales y se crean otras, que no sólo dan lugar a una nueva sociedad con valores enfrentados, política y espiritualmente, sino que su pervivencia en el tiempo llega hasta la actualidad y se proyecta en el futuro. Hablamos de la Reforma Evangélica, causa y su efecto, la Contrarreforma Católica.
Es de sobra conocida la biografía de Martín Lutero ( 1483-1546 ), sus 95 tesis, sus disputas con el papado, sus apoyos políticos y sus enemigos, la división que produjo entre los estados alemanes y por ende en el resto de Europa, la pervivencia y actualidad de su doctrina en el mundo… pero no es Lutero el que se enfrenta con Roma, sus famosas tesis no cuestionan la jerarquía de la Iglesia, en Wittenberg se arremete contra las Indulgencias no contra la autoridad romana.
La llamada a capítulo del papado, su no asistencia apoyándose en las autoridades universitarias y en el amparo del Elector de Sajonia, Federico, interesado en abrir brecha política y sus posteriores negativas a retractarse dieron una magnitud al asunto y unas repercusiones que todos conocemos.
Pero, ¿cuál es la idea? , la justificación por la fe. El fundamento de su doctrina estriba en las Escrituras, únicamente por ellas el hombre se comunica con Dios. Separa la fe de las obras, la religión de la ética y niega la teología natural. Espiritualidad absoluta.