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Joshua Lederberg y la genética de las bacterias
Joshua Lederberg (1925-2008), junto a Edward Tatum, fue el descubridor del fenómeno de la conjugación bacteriana. Con ello, abrió las puertas de la genética a las bacterias, organismos de los que se dudaba que fueran apropiados para realizar análisis genético.
Hasta 1940, muchos bacteriólogos suponían que las bacterias no seguían las normas de la herencia descubiertas en las plantas y animales, sino que eran capaces de adaptarse al medio a través de métodos directos, algo más lamarckiano que otra cosa. Se dudaba, pues, que las bacterias pudieran tener genes. Si sometemos un cultivo bacteriano a un antibiótico, poco a poco van apareciendo bascterias resistentes hasta que todas las bacterias del cultivo se hacen resistentes al antibiótico. Sin embargo, el experimento de Luria y Delbrück demuestra que la herencia en bacterias es darwiniana, es decir, no es diferente a la del resto de los organismos.
¿Podrían las bacterias entonces teneralgo parecido al sexo? Lederberg supuso que sí, y realizando un experimento arriesgado, es decir, con pocas esperanzas de éxito, mezcló cultivos de bacterias que se diferenciaban entre sí en algunos fenotipos: necesitaban para crecer algunos compuestos químicos. Empleando la selección prototrófica, es decir, sembrando la mezcla en medios de cultivo donde las bacterias tienen que sintetizar todos los compuestos para poder crecer, pudo encontrar bacterias que se había “liberado” de la necesidad de estos compuestos. Quedada claro que las bacterias originales habían mezclado sus genes y originado nuevas bacterias sin esos requerimientos, en un fenómeno que fue bautizado como conjugación. También quedaba claro que las bacterias eran haploides, es decir, que sólo tienen una copia de cada uno de sus genes, al contrario que las plantas y animales, que tiene dos copias.
El experimento de Lederberg fue una mezcla de perseverancia, agudez y suerte. Hoy sabemos que sólo algunas estipres de bacterias pueden transmitir genes por conjugación, merced a la presencia de plásmidos responsables de ello. Con el descubrimiento de la conjugación, se abrían las puertas a la Genética Bacteriana, que permitía crecer miles de millones de organismos en un breve periodod de tiempo, y mantenerlos fácilmente en el laboratorio.
Lederberg y Tatum, junto a George Beadle, recibieron el premio Nobel de Medicina en 1958 “por sus descurimientos sobre la recombinación genética y la organización del material genético de las bacterias”. Lederberg, según la Academia, mereció la mitad del premio. Además de la conjugación, descubre la transducción y los plásmidos, siendo también el inventor de esas palabras. Posteriormente, empieza a trabajar para la Agencia Espacial de los Estados Unidos (NASA), en programas de vida extraterrestre, exobiología e inteligencia artificial, sin abandonar sus investigaciones sobre genética molecular y bacteriana.
Su dilatada carrera científica no ha llegado a su fin. En 2006 recibió la Medalla Presidencial de la Libertad de las manos de George W. Bush. Un día en clase me surgió la duda de si habría fallecido ya… en absoluto, cuenta ahora con 82 años.
Nota añadida: Johsua Lederberg falleció el 4 de febrero de 2008, en New York City.
El ADN de las obras de arte.
Me acabo de enterar: las obras de arte tienen ADN. No las que están construidas con materiales biológicos, ni siquiera con partes del artista. Parece ser que el ADN es el “origen y el proceso creativo de una obra”. Este vocablo está tan de moda que entra en cualquier artículo, como sinónimo de esencia, origen e incluso característica importante. No tardaremos en verlo en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Al tiempo.