¿Mutaciones adaptativas? Más no, por favor…
Recuerdo que cuando era estudiante de primero de Biología, en mi residencia universitaria había un estudiante de medicina que realizada el cuarto curso. Una buena persona, amable y simpático, sin duda habrá llegado a ser un gran profesional. Un día, discutíamos sobre cómo la forma irracional de venta de antibióticos en España está provocando la aparición de bacterias resistentes con demasiada rapidez. “Es evidente – me comentaba – que ello provoca la reacción de las bacterias de generar mutaciones de resistencia“.
No precisamente. Los antibióticos no generan mutaciones de resistencia. No inducen a las bacterias a hacerse resistentes. Simplemente, los antibióticos seleccionan las bacterias portadoras de esas mutaciones. Pero las mutaciones ocurren antes del contacto de las bacterias con los antibióticos. Lo que ocurre es que las bacterias que no han mutado mueren por la presencia del antibiótico, sólo sobreviven las resistentes. Es un detalle que puede parecer poco importante, pero es la base de la evolución biológica. Las bacterias no mutan para hacerse resistentes, sino que algunas lo era ya anteriormente: las mutaciones no son adaptativas, son pre-adaptativas.
El peligro de la administración indiscriminada de antibióticos es que con ello, estamos seleccionando bacterias resistentes cuando no hace falta, es decir, cuando no curan enfermedades. Mucho peor es dejar interrumpido un tratamiento cuando ya nos sentimos bien: las bacterias que hemos seleccionado como resistentes a un tratamiento “a medias” van a sobrevivir, y podrán afrontar el siguiente tratamiento con ventaja.
Si ésto es cierto para las bacterias, también lo es para el ser humano. Hace unos pocos días, la agencia EFE emitió un comunicado que fue reproducido por varios periódicos españoles. Hablaba del trabajo de Santos Alonso (Universidad del País Vasco), en el que se ha descubierto que [sic]
la mutación del gen TLR4 se produjo hace miles de millones de años como una respuesta del genoma humano frente a la malaria.
Las mutaciones, señores míos, no se producen como respuesta a nada, y el genoma humano no tiene ninguna capacidad de respuesta. El genoma no es un organismo que responde a estímulos, ni huye del peligro o le planta cara de ninguna forma. Las mutaciones se generan al azar en el genoma, y luego la selección natural, si son beneficiosas, se encarga de fijarlas y mantenerlas en las poblaciones. En este caso, la mutación del gen TLR4 surgió por azar, y siendo beneficiosa por ofrecer resistencia contra la malaria, se extendió entre las poblaciones mediante la selección natural, un mecanismo que Charles Darwin descubrió, aunque él no entendiera todavía de mutaciones ni de Genética
Adicionalmente, hace miles de millones de años no había genoma humano en el que pudiera surgir mutación alguna, ni malaria, ni ningún organismo pluricelular, tal como anota Mala Prensa. Habrá que hacer estudiar Biología a estos chicos de EFE…
La frase que la agencia de prensa pone en la boca del Dr. Alonso merece una entrada aparte: [el hombre] es el resultado del mejor de los caminos posibles. Demasiado bonito para ser verdad, si estamos hechos de mutaciones aleatorias no conviene hablar de eficiencia de resultados ni de posibilidades.