El consumo de nieve se benefició de la mayor demanda de bienes de consumo que se produjo en todo el siglo XVIII convirtiéndose en un producto muy solicitado llegándose a popularizar incluso entre las capas humildes de la sociedad dejando de ser un articulo exclusivamente de lujo. El abasto de nieve organizado favorecía un consumo elevado a lo cual también contribuía el calor del verano y la animación que le daba el puerto a la ciudad lo que hacia que el cabildo la buscara al precio que fuese.
Para el Alicante de 1799 el consumo medio por habitante era de 12,44 Kg. De la cual mas de la mitad era consumida en verano. Su consumo en las ultimas décadas del siglo era estable entorno a las 23.000 arrobas anuales. De los años que tenemos datos completos podemos ver que el porcentaje de nieve consumida en los meses de julio y agosto era muy importante. En 1791 era de un 44,97%, en 1799 de un 52,84%, en 1812 de un 41,99%, en 1813 de un 41% y si añadimos los meses de junio y septiembre tenemos un 70% del total anual.
En cuanto al precio que se pagaba por la nieve no siempre fue constante ya que cuando era abundante se cumplía el precio de las contratas pero en los años de carestía se alzaba el precio debido a que la nieve tenia que traerse de puntos lejanos encareciéndose los portes. Observamos tres fases en la evolución del precio de la nieve en el XVIII. La primera fase está marcada por la recuperación de la ciudad tras la Guerra de Sucesión y que abarca desde la guerra hasta 1727 siendo años de escasez especialmente los años 1722,1723 y 1724 que provocaron que los precios fueran oscilantes. La segunda etapa abarca desde la década de 1730 hasta el año 1785 siendo una época de precios moderados favorecidos por la climatología pero con intervalos diferenciados como la etapa de 1772 a 1774 caracterizada por la elevación del importe debido a la falta de nieve. La tercera etapa da inicio en 1786 momento en el que el abastecedor renuncia a hacerse cargo del abasto por no haber nevado lo que preveía el contrato por lo que el cabildo tuvo que encargarse de la administración directamente produciéndose ese año una triplicación de los precio que también produjo muchos beneficios, en concreto de 404 libras. Esto dio origen a imponer un arbitrio en cada libra de nieve que seria destinado a la instalación y mantenimiento del alumbrado público. A partir de ahora nos encontraremos con nuevos precios duplicándose en 30 años el precio de la libra de nieve el cual anteriormente era de 4 dineros lo cual no provoco que se dejara de consumir pero las clases humildes sufrieron bastante el alza de precios.
La compañía de la nieve tenía en cuenta todas las consideraciones en referencia al precio de la nieve a la hora de hacer pública su postura. Estaban enterados de los costes del comercio de la nieve porque en función de estos se establecían los dividendos a repartir reflejándose en sus cuentas todos los supuestos para la elaboración de su contabilidad. Los socios obtenían sus beneficios restando del producto de la venta de nieve conceptos como el Derecho Real, el coste del transporte, la recolección y almacenaje, los alquileres de las casas de venta de nieve y su material así como el transporte y salario del encargado del corte de la nieve.
En definitiva los beneficios de este comercio debieron ser lo usual y esto animaría a que cada vez que terminara el periodo de arrendamiento se presentaran nuevos postulantes para obtener el asiento del abasto de nieve.
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