Las fiestas de moros y cristianos realizadas en Biar, en honor de la conquista de la villa por parte de Jaime I en Conquistador, tienen como centro principal, o al menos uno de ellos, a la Virgen de Gracia.
Según afirma la tradición, los caballeros que acompañaron a Jaime I, trajeron desde Valencia la copia de una primitiva imagen de la Virgen de Gracia, optando por quedarse a vivir en la villa.
El acto principal en su honor se realiza en la noche del día 10 de mayo, cuando en compañía de las comparsas y de la banda municipal de Biar, se baja a la efigie del Santuario y por medio de una procesión la llevan hasta la Parroquia, dónde permanecerá hasta el día 13.
La excepcional configuración geográfica de Biar, permite que las crestas de los montes circundantes estén repletas de hogueras, que durante la bajada de la Virgen se encenderán, componiendo un rosario de fuego, cuyo elemento principal, es el anagrama de María, compuesto por una M y una A entrelazadas. Se han llegado a encender 500 hogueras.
Al salir la Virgen de su Santuario, la primera hoguera que se enciende es la del Canto del Gallo. Al ver ésta encendida, empiezan a prender sucesivamente las demás. También se encienden un gran número de hogueras en los pueblos de Cañada, Campo de Mirra y Benejama, pueblos que antiguamente pertenecían a Biar, antes de segregarse y constituirse en municipios independientes.
Las hogueras en honor a la Virgen de Gracia se verán incluso en los términos de Villena, Yecla y Caudete.
Esta celebración es considerada un “unicum” entre las festividades de este tipo en la Comunidad Valenciana e incluso en España.
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