
En la Edad Moderna la actividad productiva básica era la agricultura caracterizada, en la comarca, por el dominio del secano con pequeñas zonas de regadío próximas a los centros urbanos y cursos fluviales. En cuanto a las técnicas de cultivo evolucionaron desde la rotación bienal o d’any i volta hasta la rotación trienal.

El volumen de la producción agrícola de l’Alcoià –evaluado a partir de la evolución de la recaudación del diezmo real- experimentó un crecimiento constante, sostenido y acelerado desde mediados del XIV, durante el siglo XV y primeros años del XVI. En el siglo XIV se manifiestan síntomas expansivos de las principales instalaciones de transformación y distribución de la producción agrícola, los molinos y los hornos. Sin embargo, hubo algunas crisis agrícolas en el siglo XV dadas por la destrucción de los cultivos por los enfrentamientos bélicos o las desavenencias climáticas. A mediados de siglo hubo varios años de sequías extremas que asolaron la región y que según las fuentes: la gran secada e mala anyada que fonc lo dit any, per l’esterilitat e secà. También a principios del siglo XVI los cultivos se vieron duramente afectados por una plaga de langosta.

La hegemonía económica de la población de Castalla, al igual que las del resto de la comarca, correspondía a una pequeña explotación campesina independiente de ámbito familiar. La plena disponibilidad de la tierra por parte de las familias campesinas venía corroborada por el carácter alodial, libre, de la cesión de la propiedad en enfiteusis en el señorío, que en el caso de Castalla, Tibi y Onil, sería de la familia Lladró y posteriormente del marqués de Terranova. Esta modalidad permitía al campesino la libre transmisión de la propiedad familiar y la posibilidad de desarrollar sus propias estrategias de producción económica con mínimas interferencias del poder señorial o real.

El tamaño de las explotaciones tenía un promedio de 3 y 4 hectáreas combinadas con una extremada fragmentación en diversas unidades de trabajo –las parcelas, els camps-, ampliamente diseminadas a lo ancho del término municipal. Si dos tercios de las explotaciones agrícolas de Castalla tenían más de cinco parcelas a mediados del Cuatrocientos, algunas de ellas superaban incluso la veintena.
Había una permanencia de una agricultura mediterránea. El cereal seguía siendo el protagonista indiscutible del paisaje agrario siendo más del 90% de la superficie cultivada del término de Castalla. Predominaba el cultivo de los cereales de invierno: el trigo y la cebada suponían un mínimo de entre dos tercios y tres cuartos del producto agrícola total. Finalmente, siempre con porcentajes inferiores al 10%, el vino, el aceite y las legumbres completaban la producción agrícola junto con frutos secos, algarrobos y productos orientados al mercado como el lino. Destacó también la producción de maíz gracias a su cultivo por parte de los moriscos sobre todo a partir del siglo XVI.

El regadío estaba poco extendido a consecuencia del clima dominante, mediterráneo subárido, de escasas precipitaciones y muy concentradas en el tiempo. Destaca la construcción del pantano de Tibi, a finales del siglo XVI, para el aprovechamiento de las aguas nacidas en la Hoya de Castalla para regar la huerta alicantina. Fue construido en tierras del término de Castalla -que ahora son del municipio de Tibi- propiedad de su señor, Pere Maça y Carrós, marqués de Terranova. El cierre del pantano se efectuó en octubre de 1593, costó 60.000 libras y la capacidad de embalse era de 3.700.000 metros cúbicos, la mayor entre los pantanos de los siglo XVI y XVII.

Paralelamente, en el siglo XVI se vive un proceso de ampliación de la tierra cultivable a costa de las reservas arbóreas o aumentando los abancalamientos. En este proceso hay que encuadrar la desecación de la marjal de Onil, una zona tradicionalmente húmeda e insalubre, que fue drenada para ser apta para los cultivos y que según Cavanilles, en el siglo XVIII, eran las tierras más fértiles del reino que permitían obtener dos cosechas anuales.

Por último, gracias a la obra de Antonio José Cavanilles, podemos conocer cuál era la producción agrícola aproximada en los distintos municipios de la comarca a finales del siglo XVIII. La información que aparece en la siguiente tabla no es completa y se trata de magnitudes aproximadas que variaría anualmente. Cavanilles hablaba así de las faenas agrícolas realizadas en el XVIII en Castalla: ”sembrar los panes de barbecho, de estercolar lo que se puede, de escardarlos i birbarlos, que de no hacerse assí nada fructifican; los plantados se labran de tres rejas con gran cuydado de desmondarlos; las viñas de quatro, cauandolas sepas dos vezes, podándolas en Febrero o Marzo”.
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Trigo |
Otros cereales |
Maíz |
Almendra |
Vino |
Aceite |
Cáñamo |
Cahices |
Cahices |
Cahices |
Arrobas |
Cántaros |
Arrobas |
Arrobas |
|
Alcoy |
10.000 |
1.500 |
3.200 |
60.000 |
2.000 |
||
Bañeres |
1.300 |
1.100 |
1.100 |
100 |
50.000 |
300 |
100 |
Castalla |
2.400 |
2.500 |
600 |
3.000 |
48.000 |
4.400 |
100 |
Onil |
2.200 |
800 |
900 |
460 |
21.000 |
4.500 |
200 |
Penáguila |
2.000 |
460 |
400 |
19.200 |
2.400 |
||
Tibi |
1.240 |
952 |
160 |
1.770 |
3.000 |
1.200 |
320 |
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