Para hablar del origen de las fiestas de moros y cristianos es fundamental destacar dos elementos clave, como son, la utilización de la pólvora en los festejos y el elemento religioso. Castalla por la Real Cédula firmada por Carlos IV en 1804 obtiene permiso para usar la pólvora en sus festejos. Puesto que el tema religioso y la devoción eran el principal motivo de las fiestas, en Castalla se estableció la celebración de los Moros y Cristianos en honor a la Nostra Senyora de la Soledat.
Destacamos la aparición de compañías militares que realizan algún tipo de recorrido a modo de desfile, efectuaban disparos y en algunos casos aparece dentro de la procesión la figura del patrón local. Dentro de las compañías militares el ayuntamiento podía nombrar uno o dos capitanes de fiestas, algo bastante frecuente.
Por otro lado, está bien documentado el papel que desempeñaban los gremios de oficios, con los disfraces donde los elementos de moros y cristianos siempre fueron algo muy recurrente.
Podemos afirmar que hasta bien entrado el siglo XVIII no aparece ninguna referencia documental sobre la celebración de alguna Fiesta de Moros y Cristianos en las comarcas de la Foia de Castalla. Es precisamente el hecho de que las fiestas fuesen organizadas por los gremios lo que hace que no aparezcan hoy reflejadas en la documentación.
Teniendo en cuenta la documentación que se conserva en las tierras alicantinas de 1732 a 1804 se organizan las villas en función de la fecha estimada de aparición de las Fiestas de Moros y Cristianos, en función de la documentación actual y siempre con vistas a que aparezca más documentación que pueda precisar aún más los resultados:
- Alacant (1732), Alcoi (1741), Benilloba (1747), La Vila Joiosa (1753), Cocentaina (1766), Banyeres (1780), Xixona (1791), Onil (1799), Biar (1800) y Castalla (1804).
Deja un comentario